sábado, 22 de junio de 2019

Entrevista a Corbera

Dentro de los precursores de estas nuevas técnicas que unen ciclos biológicos con emociones y pensamientos, tenemos al alemán Ryke Hamer (ideólogo de la “Nueva Medicina Germánica”), a Anne Schützenberger (iniciadora de la “Psicogenealogía”), a Christian Fleche (de la escuela francesa Biodecodage, o “biodecodificación biológica”, bajo el lema “cada órgano dañado responde a una emoción”).
“¿Por qué repites las mismas situaciones una y otra vez?” se titula uno de los videos más famosos de Corbera. Con más de diez libros publicados, los puntos focales de sus enseñanzas son manejo emocional, la comprensión de que “todos somos uno” (frase aparentemente sencilla que se explica en boca de este autor con postulados extraídos de los físicos cuánticos), la limpieza de los programas tóxicos en los árboles familiares y una salida rampante del victimismo típico humano, hacia lo que él llama “una elevación de la vibración” que se produce con pequeños (o grandes) clicks como “tomas de consciencia”. ¿Qué significa esto? A punto de venir a la Argentina para impartir cursos y actualmente escribiendo la segunda parte del libro Yo soy tú, dialogamos con él.
- ¿Qué impacto tienen, para la Bioneuroemoción, nuestros pensamientos y emociones en la salud física?
Es una pregunta muy interesante. Hoy en día la ciencia está demostrando la importancia de los pensamientos, las emociones, los sentimientos, y cómo se resuelven en nuestra corporalidad. Hay una frase que dice “ninguno de tus enemigos puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”. Éstos son información, energía, vibración, y hacen una resonancia en muchos niveles. De alguna forma atraemos a nuestra vida esa resonancia que estamos emitiendo. Por eso todos tendríamos que hacer este ejercicio: “pensar antes de pensar”. ¿Qué quiero decir con esto? Lo importante ya no es el pensamiento en sí, -vos podés expresar lo que quieras-, sino la emoción que le pongas detrás, que es lo que realmente relaciona la consciencia con el campo cuántico.

- ¿Qué querés decir cuando mencionás lo cuántico en relación a los pensamientos y las emociones?
La física cuántica, o la como se la llama “física de la consciencia”, tiene mucho investigado. Sin ir más lejos, Max Planck [físico y matemático alemán] plantea que detrás de esa energía, detrás de esa fuerza que sustenta el universo, hay una mente inteligente y también decía, que más allá de las leyes físicas y matemáticas que dominen el universo, lo importante es la consciencia.

Entonces lo que debemos aprender de todos ellos es que somos consciencia (y que esta consciencia resuena a su vez en el campo universal). En el método de la Bioneuroemoción que yo he aplicado, he dado cuenta de que cómo todo resuena, y todo vibra, cada situación que yo vivo a nivel estresante, que se me repite en mi vida, por ejemplo.
Enric Corbera. El conferencista actualmente está escribiendo la segunda parte del libro "Yo soy tu".

Vamos a buscar esa resonancia indagando los escenarios estresantes, buscamos qué le es común, y nos damos cuenta de que esa información ya se viene repitiendo en nuestros padres y nuestros ancestros. Y cuando comprendemos que, por ejemplo, nuestros padres hicieron todo lo que sabían, pero no sabían hacerlo mejor, entramos en un estado de comprensión, ya nos alejamos de los juicios, nos ayudará esta comprensión a percibir de otra manera. De esto se trata la Bioneuroemoción, de re interpretar las vivencias, cambiando nuestra percepción hacia la comprensión.

- Ya que abriste ese tema, ¿qué importancia tienen las memorias transgeneracionales en las personas y sus patologías? ¿Cómo se transmite esta informaciones -traumáticas y felices- a los descendientes?
La genética es una ciencia que nos está demostrando y enseñando todo esto. Por ejemplo, hay autores que han llegado a la conclusión de que los estados emocionales que está atravesando la madre gestante en los primeros tres meses pueden marcar la vida de su hijo.
Fijate lo importante que es esto, hay estudios de Epigenética que demuestran cómo los mamíferos desarrollan la capacidad de sobrevivir sin apenas comer. También nos enseña que los traumas muy estresantes que viven nuestros ancestros se repiten. Por ejemplo, imaginate una abuela a quien casan con un señor (mucho más mayor que ella) a la fuerza, y vive el sexo como un abuso, tiene hijos, y en su fuero interno se siente muy desgraciada. Puede ocurrir perfectamente que en la tercera generación haya una nieta que no quiera tener hijos, no pueda tener hijos, o se encuentre con hombres que no son fértiles.
Cuando la gente comprende el “para qué” se está repitiendo esto, qué hay detrás de sus conflictos emocionales, por qué siempre se encuentran con el mismo tipo de hombre o mujer, es la oportunidad de reparar las experiencias dolorosas que vivieron nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros ancestros. Y eso da un estado de paz interior y de equilibrio emocional.
Quisiera dejar muy claro que no tenemos que vivir esas situaciones con victimismo o culpabilidad, debemos ir hacia un estado de comprensión. Repetimos experiencias de nuestros ancestros, no para sufrirlas, sino para trascenderlas y comprenderlas. Por eso hemos decidido ampliar nuestra consciencia en nuestro ambiente, en nuestro Universo y en nuestra época.
- ¿En qué consiste el libro -que tanto citás en tus conferencias- llamado “Un curso de milagros” y por qué lo llamás “un libro cuántico”?
Es un libro “advaita” [rama filosófica del hinduismo que afirma la unidad entre los elementos del Universo], no dual, que es lo mismo que “no dos”. ¿Qué quiere decir eso? Nos enseña que lo primero que tenemos que sanar es la percepción, es decir, dejar de creer y pensar que la causa de lo que nos ocurre está afuera y empezar a darnos cuenta de que la causa somos nosotros -y lo que nos rodea son los efectos-.
Por lo tanto, aunque sea una filosofía, también tiene que ver con la “consciencia cuántica”, esto implica dejar de creer que aquello que vemos es lo que realmente es, y entender que lo estamos interpretando constantemente. Y que esa interpretación tiene que ver con nuestras proyecciones, con la información que tenemos en consciencia. Esto nos enseña a conocernos a nosotros mismos a través de conocer nuestras proyecciones. Cuando realmente hacemos eso estamos invirtiendo el pensamiento. O sea, la causa es nuestra, y lo que hay alrededor son los efectos.

Lo que se lee en Un curso de milagros es que la gente espera o hace cosas para cambiar a los demás (creyendo que cambiar ellos es difícil) cuando en realidad lo más fácil es cambiar uno y dejar de esperar que cambien los demás. También te enseña sobre "relaciones especiales", que tu hermano es tu fiel espejo para hacerte ver cosas que no podrías ver por vos mismo. En definitiva, es una enseñanza de "no dualidad" en un mundo dual. Es un curso de integración, que es lo que se entiende por curación. Si queremos sanar nuestra mente, lo que tenemos que hacer es integrar las polaridades comprendiendo que la noche y el día no pueden existir el uno sin el otro, como el arriba y el abajo, el positivo y el negativo.
Si ya no luchas contra la otra polaridad sino que la integrás, realmente estás trascendiendo la información y se produce la auténtica curación que siempre, dice el libro, se realiza en la mente.


- ¿Como la ciencia occidental puede comprender este punto de vista? ¿Sería por este camino la unión entre ciencia, religión o espiritualidad?
Max Planck dice que los creyentes creen en Dios, y que los físicos primero creen en la ciencia y luego terminan creyendo en Dios. En definitiva, nos decía que ciencia y espiritualidad nunca han estado separadas. La espiritualidad, un orden implicado que aun no se ha manifestado, sería como la nada, y el mundo que vemos sería el todo, el orden explicado, parafraseando un poco a David Bohm (en el libro sobre orden implicado y orden explicado).
En nuestra vida, lo que vivimos cada día vendría a ser el orden explicado (cómo nuestra consciencia está vibrando en aquel momento). Por eso, tanto Un curso de milagros y como las filosofías no duales, lo que hacen es que aumentes tu vibración de consciencia y entonces los cambios en tu vida vienen solos. Einstein decía que si no te gusta el mundo que ves puedes cambiarlo, cambiando tu punto de vista. Entonces ahí se une la física más vanguardista con la filosofía o “física de la consciencia”. Los físicos del año 1918, ‘20, ‘30 ya lo estaban viendo. El que realmente lo descubrió, e hizo la bomba atómica, fue Oppenheimer, quien estudiaba los escritos sánscritos y el Bhagavad Gita. Ellos ya se inspiraron en esa consciencia de unidad. Esto no se sabe, pero como soy un ratón de laboratorio y miro mucho la National Geographic, esas historias están documentadas; grandes físicos se alimentaban de la espiritualidad hindú.

- Pensando en tu libro "El arte de desaprender": ¿cómo lo ves esto en procesos concretos de las personas? ¿Cuando comienzan a hacer este "click"?
Si cambias e inviertes la forma de ver ese pensamiento (en lugar de buscar la causa de tus problemas afuera) y empiezas a buscar la causa hacia el interior, te liberas de la culpabilidad y del victimismo. Eso es muy importante, si comprendemos, como diría Nicola Tesla, que somos energía, que somos vibración, información, y por tanto resonamos, partimos de la base de que todo lo que me rodea tiene que ver conmigo.
Y si partimos de las polaridades, entendemos que siempre se complementan, no las reconocemos pero ahí están, entonces cuando aprendemos a tomar consciencia de todo eso, desarrollamos una visión más “inocente”. Eso no quiere decir que nos guste o nos moleste lo que estamos viendo, pero ya no juzgamos, y eso es lo más importante: no juzgar. A mí una cosa me puede gustar o no, y hasta me puedo poner de muy mal humor, quebrarme a nivel emocional, pero no caer en la trampa del juicio, sino ver, ¿qué es lo que realmente me ha molestado del otro para que me produzca esa reacción emocional?
Entonces parto de la base de que tengo que indagar. Esta es la pregunta más típica que hago en los cursos: “¿Qué es lo que más te molesta de tu marido?” Y una mujer me dice “que es muy avaro”. Y yo le contesto: “y con eso de ‘avaro’, ¿que me quieres decir?" Y ella responde: “que primero piensa en él, segundo en él y luego en él, pero no me digas que yo soy así porque soy muy generosa, siempre pienso en los demás y siempre me estoy ocupando de los demás”. Y yo le contesté: “Sos avara con vos misma” y lo captó enseguida.
Hay que comprender que el exceso que tienes delante es un reflejo de tu propio exceso. La vida te está enseñando que tienes que pensar un poco más en vos y dejar un poco de pensar en los demás, por eso sucede esa atracción entre ustedes. Este es un ejemplo muy sencillo pero muy cotidiano.

- ¿Tiene que ver con amigarse con los enemigos?
Yo siempre digo que lo que más me ha hecho crecer en la vida han sido los enemigos, porque un mar en calma no ha hecho marineros, y un camino fácil no te da maestría. Si yo estoy moviendo muchas energías (según tengo entendido vamos por más de 52 millones de visitas en los videos) entonces la opinión se empieza a polarizar, los que están a favor y los que están en contra. Y eso es bueno. Saber estar “en la línea del medio” -como diría Buda-, es no dejarte llevar por los halagos –aunque son muy importantes, son como un maná en el camino- sino buscar esa crítica, esa calumnia, porque al final, si juntás las dos polaridades, serás mucho mejor. 

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