Se halla oculto en el inconsciente, un pasado que llamamos futuro. Hace falta un acto de conciencia, diría que supremo, para poder cambiar el propio futuro. Se trata de cambiar la propia emoción en un momento importante: el presente, cambiar la relevancia que se le da.
Comprender que se trata de un suceso impregnado de emoción, y que es esencial cambiarla para modificar el pasado y, por ende, el futuro. Con ello quiero decir que, desde una posición cuántica, cada momento es un momento de elección, y en esta elección determinamos el instante siguiente, que más tarde llamaré futuro.
Si respondo a un estímulo y me dejo invadir por la emoción resultante, el programa seguirá manifestándose e inevitablemente viviré los acontecimientos. Por eso, el acto de conciencia en cada instante es una oportunidad de regir tu vida y evitar que la rijan los programas inconscientes.
Comprender que se trata de un suceso impregnado de emoción, y que es esencial cambiarla para modificar el pasado y, por ende, el futuro. Con ello quiero decir que, desde una posición cuántica, cada momento es un momento de elección, y en esta elección determinamos el instante siguiente, que más tarde llamaré futuro.
Si respondo a un estímulo y me dejo invadir por la emoción resultante, el programa seguirá manifestándose e inevitablemente viviré los acontecimientos. Por eso, el acto de conciencia en cada instante es una oportunidad de regir tu vida y evitar que la rijan los programas inconscientes.
🔰 Si Estuviéramos Alerta...,
...A cualquier impacto emocional, si nos disociásemos lo suficiente de este, reduciríamos la emoción que nos reclama el inconsciente; podríamos poner otra y cambiar la relación causa/efecto1 por otra relación causa/efecto2.
Esto haría que los aconteci-mientos futuros fueran otros. Lo importante es saber que el inconsciente se alimenta de nuestra atención; pero cuidado: de atención emocional, y esta puede ser cambiada con un acto consciente si se entrena suficientemente a la mente para hacerla observadora.
Es imprescindible desarrollar este «estado de alerta» si queremos desvincularnos de relaciones adictivas, de repeticiones, que nos hacen vivir una y otra vez las mismas situaciones, los mismos problemas, con actores diferentes.
Esto haría que los aconteci-mientos futuros fueran otros. Lo importante es saber que el inconsciente se alimenta de nuestra atención; pero cuidado: de atención emocional, y esta puede ser cambiada con un acto consciente si se entrena suficientemente a la mente para hacerla observadora.
Es imprescindible desarrollar este «estado de alerta» si queremos desvincularnos de relaciones adictivas, de repeticiones, que nos hacen vivir una y otra vez las mismas situaciones, los mismos problemas, con actores diferentes.
Enric Corbera
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