En tu interior es donde se hallan las respuestas auténticas, no fuera.
Nadie puede realmente decirte quién es tu "alma gemela", o qué deberías sentir por determinada persona... Piénsalo: te estás condicionando a ti mismo para que algo suceda, o para sentir algo por alguien a quien ni tan siquiera conoces.
Los vínculos entre almas se sienten, nadie te los puede decir con una certeza absoluta porque no está en tu piel. Tu corazón es el único que tiene la llave de tus senti-mientos y de tu conexión con otras almas. Si no lo escuchas a él primero, seguirás desorientado, consultando de persona en persona y recibiendo, probablemente, una respuesta diferente de cada una de ellas.
Nadie puede realmente decirte quién es tu "alma gemela", o qué deberías sentir por determinada persona... Piénsalo: te estás condicionando a ti mismo para que algo suceda, o para sentir algo por alguien a quien ni tan siquiera conoces.
Los vínculos entre almas se sienten, nadie te los puede decir con una certeza absoluta porque no está en tu piel. Tu corazón es el único que tiene la llave de tus senti-mientos y de tu conexión con otras almas. Si no lo escuchas a él primero, seguirás desorientado, consultando de persona en persona y recibiendo, probablemente, una respuesta diferente de cada una de ellas.
¿Quién es mi alma gemela? ¿Es esta persona? ¿Cuándo la voy a encontrar? ¿Queda mucho tiempo?... Estás desconectado de ti mismo: deseas enfermizamente controlar y "saber" qué va a ocurrir, con quién y en qué momento. ¿Te das cuenta? Lo auténtico surge, no se planea ni se predice. Se siente y se sabe en el presente. Lo sabes tú. Lo sabe tu corazón. Así de sencillo y así de simple. Sin tantos problemas ni tanto sufri-miento. Sin tanta espera. Sin tanto dolor...
Además, ninguna alma gemela va a venir a salvarte ni a hacerte feliz. Deberás encargarte tú mismo de eso antes de que ese posible reencuentro se produzca, si es que en algún momento llega a producirse... ¿Estás preparado para que no se produzca un reencuentro? Si no lo estás, tal vez sea el momento de que te lo plantees y te decidas a amarte a ti mismo como deseas que lo haga esa otra persona.
Tu vida no puede depender de un futuro reencuentro con alguien, ni de que ese alguien te "reconozca". Desarrolla tu vida y tu misión aquí con la máxima paz posible, con la mayor integridad de que seas capaz, y suelta la "necesidad" de un reencuentro "imprescindible" con alguien. No se te pasa el tren, ni tendrás que volver a encarnar, ni quedarán cosas "pendientes"... Libérate de esas creencias tan limitantes que te alejan de la paz y libera también al otro de tu asfixia mental, de tu ansiedad por ser amado, de tu prisa por estar "bien" ante el mundo... Pon tu foco en ti, y con tu foco en ti y en tu corazón se irá iluminando el camino.
Además, ninguna alma gemela va a venir a salvarte ni a hacerte feliz. Deberás encargarte tú mismo de eso antes de que ese posible reencuentro se produzca, si es que en algún momento llega a producirse... ¿Estás preparado para que no se produzca un reencuentro? Si no lo estás, tal vez sea el momento de que te lo plantees y te decidas a amarte a ti mismo como deseas que lo haga esa otra persona.
Tu vida no puede depender de un futuro reencuentro con alguien, ni de que ese alguien te "reconozca". Desarrolla tu vida y tu misión aquí con la máxima paz posible, con la mayor integridad de que seas capaz, y suelta la "necesidad" de un reencuentro "imprescindible" con alguien. No se te pasa el tren, ni tendrás que volver a encarnar, ni quedarán cosas "pendientes"... Libérate de esas creencias tan limitantes que te alejan de la paz y libera también al otro de tu asfixia mental, de tu ansiedad por ser amado, de tu prisa por estar "bien" ante el mundo... Pon tu foco en ti, y con tu foco en ti y en tu corazón se irá iluminando el camino.
Si ha de llegar alguien, llegará. Pero no desde la ansiedad ni la urgencia desesperada, no desde el temor, no desde la dependencia, no desde "el tiempo se acaba"... En esa vibración solo vas a atraer más relaciones frustradas, más insatisfacción, más drama... Conéctate con tu corazón, reconócete a ti mismo y suelta lo que crees que debería ocurrir: entonces (y solo entonces), tal vez ocurra algo que verdaderamente te sorprenda.
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