domingo, 1 de julio de 2018

La gran inteligencia del universo


Si la fiebre sube déjala subir.

Si el dolor aumenta por algo será.
Si el intestino se suelta algo querrá soltar.
Si el volcán erupciona déjalo erupcionar.
¿O vamos a llamar a la fuerza aérea para que pongan un gran tapón para impedir que salga la lava incandescente?
Si la inteligencia infinita que está en cada átomo del universo...
Hace subir la fiebre.
Aumenta la inflamación.
Genera una descarga cutánea o digestiva.
O produce una metástasis.
Es porque esa actividad es la más perfecta que esa situación requiere para su más pronta solución.
La gran inteligencia del universo está tras cada mínima acción de la naturaleza.
Si la fiebre sube es para que el sistema inmune aumente su agresividad y potencia.
Si el dolor aumenta es para que dejemos de agredirnos.
Si el intestino descarga es porque hay basura que quitar del templo cuanto antes.
Si aparece una dermatitis o una metástasis es para que entendamos que no estamos comiendo tan "sano" como creemos.
O para que salgamos de ese entorno emocionalmente conflictivo de una vez por todas.
La inteligencia infinita ama tanto a su propia creación que busca la solución más rápida y eficaz para todas las situaciones que ponen en peligro su existencia.
Pero la ciencia no lo ve así.
Cree que muchas cosas están "fuera de lugar".
Y se cree más inteligente que la misma inteligencia que ha creado a los científicos.
Baja la fiebre con antipiréticos.
Corta la diarrea con medicinas.
Da drogas para no sentir el dolor.
Y difunde la idea de que no hay que confiar en el propio cuerpo porque es impredecible.
Entonces el miedo impera en las mentes de millones de seres.
Y una sociedad atemorizada es una sociedad enferma.
Cuanto más teme más medicinas toma.
Y más consume servicios médicos.
Pero así, sin proponérselo estas fuerzas oscuras empujan el inicio del nuevo amanecer.
Porque cuanto más oscura sea noche más cerca está por surgir la gran luz del amor infinito.

-Martín Macedo-

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