LECCIONES DE LA PANDEMIA (II). “REVISIÓN TÉCNICA”
Por Jorge Cappato.
Cuando vamos a hacer un viaje largo, exigente, seguramente llevamos el auto para un service lo más completo posible. La revisión técnica dirá como está el sistema eléctrico, el de frenado, la presión de las cubiertas, etc. Si bien comparar los sistemas mecánicos con los sistemas biológicos que mantienen nuestro cuerpo-mente puede ser simplista, tal vez sirva para advertirnos que enfrentar a los super-virus y super-bacterias que “supimos conseguir” también será un desafío de alta exigencia (*). Concretamente el COVID pone a prueba todos nuestros sistemas vitales: el respiratorio, el digestivo, el circulatorio, el nervioso... y principalmente el sistema inmune. Éste no sólo debe estar fuerte sino equilibrado. Si la respuesta inmune es débil seremos masivamente infectados, si es exagerada nuestros órganos pagarán las consecuencias del excedido ataque de nuestras propias defensas.
Cuando decimos nuestro cuerpo-mente, queremos expresar la relación indisociable entre dos “partes” (permanentemente interactuantes) que nuestra cultura pretende separar. El mejor ejemplo de la unicidad cuerpo-mente es el estrés. Una persona estresada tendrá un sistema inmune deteriorado, débil o incapaz de dar una respuesta modulada frente a los microorganismos infectantes. Recíprocamente, un cuerpo deteriorado o enfermo llevará a mayores niveles de estrés. El estrés es la resultante de una vida desorganizada, con excesos y carencias. Falta de horas de sueño, falta de tiempos de descanso o relax entre las horas de trabajo o de comidas, falta de movimiento y ejercicio, exceso de esfuerzo físico o mental, sedentarismo…
Nuestro sistema inmune es como un “embudo” donde convergen no sólo el estrés sino también lo inapropiado de nuestra alimentación (y de todo lo que entra por nuestra boca): exceso de alimentos grasos y proteínas animales; exceso de azúcar, de harinas refinadas, de dulces; exceso de alcohol; falta de alimentos frescos de comprobada inocuidad; medicamentos auto-recetados; y cigarrillos –por sólo citar una lista no-exhaustiva. La inmunidad –fuerte o débil, equilibrada o no–, es la caja de resonancia de todo lo que ingresa a nuestro organismo, sea adecuado o no para cada uno de nosotros –organismos similares pero con características absolutamente propias, que deberemos esforzarnos para conocer, para descubrir. Esto es lo que enseña la milenaria ciencia Ayurveda (la “ciencia de la vida”, del “buen vivir”, de la prevención). Que cada uno tenemos una constitución propia: “lo que es bueno para uno, no es bueno para todos”. A unos les gusta y les caen bien la cebolla o los pepinos, otros no los pueden digerir. Unos son mentalmente activos a la mañana, otros al atardecer: “alondras” y “búhos” –esto es bien conocido en muchas culturas. Aunque no siempre se conoce y menos se respeta.
La actual pandemia es sin duda una desgracia enorme, pero también es una gran oportunidad. No la deberíamos despreciar. Nos pone frente a frente con la realidad de nuestro cuerpo-mente: con nuestro sobrepeso, con nuestros problemas óseos y musculares, con nuestros problemas digestivos, con nuestro nerviosismo y ansiedad… Es sin duda el momento de la “revisión técnica”. De cómo estamos, de qué comemos, de cada uno de nuestros hábitos, de hacer una profunda introspección. Es la hora de decidirnos a dejar de lado el facilismo de la comida envasada/ enlatada, de que con el carrito del súper ya está. Y dedicar parte de nuestro tiempo a aprovisionarnos de alimentos saludables, orgánicos. Recuperar uno de los hábitos más sanos: el de preparar la comida en casa. Los alimentos orgánicos o agroecológicos, no se encuentran en un solo lugar. Hay que construir –como nosotros mismos hemos hecho, mostrando que es posible–, una lista de proveedores: productores individuales, ferias de alimentos sanos, dietéticas, grupos de consumidores (p.ej para hacer pedidos de frutas orgánicas de la Patagonia).
Finalmente hay que diseñar una rutina bien establecida –y respetada. Desde que nos levantamos hasta la hora del sueño. Cómo nos despertamos, el relax para desayunar, el trabajo, un descanso luego del almuerzo, caminatas y/o ejercicios a la tarde, tal vez un masaje semanal, un tiempo para yoga y respiración, la higiene corporal, una cena con sobremesa distendida y diálogo familiar, un tiempo de lectura, y una preparación aunque sea breve para mejorar el sueño reparador.
El Ayurveda enseña que es fundamental mantener la salud y prolongar la vida con calidad –evitando los silenciosos factores que conducen a las enfermedades. “Que tu alimento sea tu medicina” –repetía Hipócrates, el iniciador de la ciencia médica moderna. Podríamos también decir que tu medicina, además de los buenos alimentos, son la respiración adecuada, el movimiento, el yoga, y una conciencia que se ocupe de alejar las innecesarias o inútiles tensiones que debilitan nuestro cuerpo-mente. Buena vibra con los demás –amigos, parientes y vecinos–, y hacer algo, cada día, por el ambiente (desde tu casa y jardín hasta la naturaleza que nos rodea, nutre y protege), son también indispensables para construir el camino de una vida plena y saludable.
Para las filosofías de Oriente cada crisis se interpreta como un problema que siempre lleva implícita una oportunidad. Por ej. una enfermedad puede verse como un valioso aviso para cambiar de una vez por todas los malos hábitos que llevaron a ella. Esta oportunidad, la de la actual pandemia por un virus, es muy valiosa en sí misma. Para estar mejor preparados (me refiero al estado de nuestro cuerpo-mente). Porque nada garantiza que las próximas pandemias –que las habrá–, no sean peores. Y porque ahora mismo hay Otras Pandemias de las que no se habla suficiente pero cuyo peligro es altísimo: las super-bacterias resistentes a casi todos los antibióticos cobran miles de vidas cada año –una “pandemia silenciosa” que vino para quedarse por mucho tiempo, como van las cosas. También frente a ellas nuestra principal defensa es el cambio profundo de hábitos y rutina que sólo nuestro conocimiento y nuestra voluntad pueden comenzar a instalar en nuestra vida.
(*) El tema de las super-bacterias, su creciente impacto a nivel mundial y el origen de las mismas, será motivo –esperamos–, de un nuevo capítulo de “Lecciones de la Pandemia”. Si llegaste hasta aquí y no estás dormido, te damos gracias en nombre de tod@s los que deseamos un mundo mejor –o al menos no demasiado peor -:)
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