martes, 15 de octubre de 2019

Todos queremos mejorar la calidad de nuestra vida.

Todos queremos mejorar la calidad de nuestra vida.
Pero nuestra vida depende de la biología.
No podemos separar la vida de la célula de la vida cotidiana.
La calidad de nuestras emociones condicionan nuestro nivel de felicidad.
Y todo está conectado por la calidad sanguínea
La sangre conecta el mundo de las emociones con el mundo de la biología.
Si queremos que nuestro paso por este mundo sea feliz, debemos ser sabios y procurar tener una maravillosa calidad sanguínea mediante una adecuada forma de vida; siendo rigurosos con todo lo que ponemos en nuestro tubo digestivo, con la calidad de nuestro diálogo interno y con los pensamientos que entretenemos a lo largo del día.
Respirando profundamente para drenar la linfa y limpiar los deshechos metabólicos y fortaleciendo nuestro templo biológico con vigorosos ejercicios físicos.
Pero es todo un desafío en esta era donde la calidad ha sido sacrificada a favor de la cantidad.
Para aumentar la cantidad de carne en una Europa próspera y ávida de lujos la calidad de la ración de los animales de la granja ha cambiado en las últimas décadas.
El ganado de los países ricos consume en un año la misma cantidad de cereales que la India y la China juntas.
Para producir un kilo de carne de vaca o un kilo de huevos se necesitan 18 kg de cereales.
Pero para aumentar los volúmenes y abaratar los costos en vez de cereales alimentan al ganado con mandioca (origen Tailandia), soja (Brasil) y tortas de cacahuete ( Senegal). A este "menú" le agregan leche en polvo y harina de pescado procedente del Perú.
Los países del tercer mundo destruyen sus bosques nativos para plantar mandioca y cacahuetes destinados casi exclusivamente a la exportación para alimentar al ganado en los países ricos.
Algo similar ocurre con la alimentación de los cerdos y las gallinas.
Entonces no importa tanto si comemos carne roja o carne blanca.
Porque se trata de carnes sin calidad.
Entonces la gente come más, porque la comida es más barata y sienten que tienen más calidad de vida.
Se confunde abundancia con bienestar.
Pero ninguna felicidad puede surgir con este tipo de nutrición sin calidad.
Ningún tipo de sabiduría puede surgir de esta baja calidad.
Así el ser humano pierde el rumbo y destruye a la madre Tierra.
Y cuando destruye a la Tierra se destruye a si mismo.
Las crisis actuales son creadas por este caos.
Y de este caos surgirá un nuevo orden.
Porque cuando el yang se vuelve extremo se convierte en yin.
Y este es el Orden del Universo.
Que destruye y construye las grandes maravillas del mundo.
Con sus gigantescas manos.

-Martín Macedo-

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