Para los japoneses, simboliza el verano y el otoño, siendo admirada y respetada por todos. Tanto es así que los Samurai la utilizan como un símbolo de poder, agilidad y victoria. En China, la gente asocia la libélula con la prosperidad, la armonía y como un amuleto de buena suerte.
Entre los nativos americanos creen que las libélulas son mensajeros, llevando los pensamientos lejos, a otras personas. Soñar con ellas, atrae la suerte y el conocimiento ancestral. Para ellos es un signo de felicidad, velocidad y pureza,
En Suecia, el folclore sugiere que las libélulas vuelan alrededor para comprobar si hay malas almas y en otros lugares se cree que se acercan sigilosamente a los niños que dicen mentiras y a los adultos que maldicen y regañan, para coser sus ojos, bocas y orejas, respectivamente.
Las libélulas son criaturas muy antiguas, que han vivido en la tierra durante 200 millones de años, anteriores a los dinosaurios y sobrevivieron mucho tiempo después de su extinción.
La libélula habita en dos mundos, el agua y el aire. La importancia de estos deben ser examinados. En sus primeros años de vida es como una ninfa que viven en el agua. A medida que maduran y pasan por su metamorfosis, pasan al dominio del aire.
La Libélula simboliza la esencia de los vientos del cambio, los mensajes de sabiduría y de iluminación, y la comunicación del mundo elemental, de los espíritus de la naturaleza.
La Medicina de la Libélula siempre indica que busques en ti los hábitos que necesites cambiar, aquellos que atentan contra tu salud física, emocional, mental o espiritual, y rompen tu armonía con la Naturaleza y con el Gran Espíritu.
Si una libélula aparece en tus sueños o en tu tiempo de vigilia, quizás sea el momento de romper con las ilusiones engañosas que restringen tus acciones, tus ideas o tus proyectos.
Busca lo que es certero y correcto en tu vida. Recupera tu poder. Sigue a la libélula hasta el lugar interno de tu propio ser donde la magia sigue viva y bebe de ese poder que es tuyo. Esa fortaleza te pertenece.
Ellas traen el cambio y la transformación.
Aleja Bama
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