miércoles, 30 de mayo de 2018

Sólo debo tener una fe absoluta


Recibo muchas consultas por cáncer.
Cada vez más.
En la medida que la comprensión colectiva está aceptando que la solución está en las medicinas alternativas.
Mi mayor satisfacción es cuando las personas que me consultan logran recuperar su plenitud física y mental.
Cada día le pido al Poder Supremo que me ayude a servir con maestría a las personas que desean curarse.
Cada día le pido al Padre que me de la fuerza infinita para convencer a esos corazones atemorizados por medicinas que trabajan al servicio de grandes corporaciones.
Al principio trabajaba sólo con la nutrición.
La milagrosa macrobiótica.
Luego comprendí la necesidad de pacificar la mente.
Y poco a poco fui entrando en contacto con nuevas y poderosas herramientas.
Ahora estoy mejor equipado que cuando comencé hace 35 años.
Mi pasión es ayudar a crear la tan anhelada salud.
Veo los mismos errores en muchas personas.
Uno de ellos es la falta de fe.
Van de un especialista a otro pidiendo segundas opiniones.
Se van a medir los marcadores tumorales cada 15 días.
Creen que ello es una actitud diligente y responsable.
Mientras adoptan los nuevos hábitos alimenticios.
Es un poco como el niño que siembra un poroto.
Y todos los días lo desentierra para comprobar que está germinando.
Así está revelando una falta de confianza en la maravilla de la creación.
Sólo tengo que sembrar el poroto (frijol) y confiar en que la madre tierra hará que crezca fuerte y hermoso.
Sólo debo tener una fe absoluta y a lo sumo poner un poquito de agua de vez en cuando.
Y esperar con confianza inquebrantable.
Ya hice lo que tenía que hacer.
No debo hacer nada más.
No es pasividad.
Es sabiduría.
Aunque aparentemente no pase nada sobre la superficie.
Bajo tierra están operando poderosos cambios en la semilla.
Cuando comenzamos la curación de un cáncer con la dieta.
Cambiamos la dieta y dejamos que la maravilla de nuestro cuerpo comience a mover tóxicos y a reparar los tejidos dañados.
Reabsorberá el tumor y lo dejará como un fósil.
Como una pieza de museo.
Que finalmente será reabsorbido hasta desaparecer.
Se puede hacer una revisión cada 3 o 4 meses para tranquilizar a las personas que no tienen tanta fe.
Pero ir a medirse los marcadores tumorales cada dos o tres semanas.
Viajar a diferentes centros médicos para pedir "segundas" opiniones cuando ya van por media docena.
Indica una completa falta de fe.
Y toda esa energía emocional que se está moviendo.
Es miedo y sólo aumenta el miedo.
Quien se enfoca con pasión en su curación.
Realiza el mínimo de mediciones y controles.
Porque ha comprendido que el mejor sitio para hacer el control de su enfermedad.
Es su boca.
Porque es la única puerta de entrada y salida del cáncer.

-Martín Macedo-

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