martes, 1 de mayo de 2018

El trabajo ¿castigo o bendición?


Un renovado (!!¡¡) y gris 1 de mayo me inspira a una pequeña reflexión a partir de la siguiente pregunta: el trabajo ¿castigo o bendición?. Seguramente muchos de ustedes responderán que es un castigo. Sin embargo, dirán también que proporciona seguridad, un salario adecuado y en algunos casos buena entrada de dinero, da sentido de permanencia a una sociedad, etc. y además, la pregunta inevitable ¿que es lo que puedo emprender a mi edad, que, entre otras lo que hoy hago, me permite comer?, tengo cuentas que pagar, una familia que mantener, cambiar el auto, una nueva computadora, los celulares, la demanda infinita de los niños, y mil exigencias de una sociedad que impulsa a gastar y al tener ...cada vez más. 

Voy a iniciar esta reflexión con una pregunta que muchas veces a mi me funciona y también a quien circunstancial mente estoy apoyando: ¿que te gustaría hacer si el dinero no existiera en el mundo?, ¿como y de que te gustaría disfrutar de la vida?. Me gustaría bailar, ser poeta, pintar paisajes, viajar por regiones remotas, escalar montañas, acompañar a emprendedores, vivir al aire libre y montar caballos, vivir cerca del mar, y mil etcéteras más.

Ante la pregunta observo como inmediatamente el rostro de las personas se ilumina, surge una emoción nueva, se apasionan y empiezan a volcar todo lo que harían si el dinero no fuera un obstáculo. Con el solo mencionar su sueño se transforman hacia un estado emocional de expansión. 

Imagínense que sería de ese ser humano y de la humanidad toda desarrollando la actividad elegida, por el solo hecho de hacerla por que le gusta y que le genera satisfacción y plenitud. Obviamente ninguno o pocos incluyen el trabajo actual entre las opciones, pues es "sabido" que no podemos obtener dinero bajo esas formas. o por lo menos eso es lo que nos hacen creer para mantener el "statu quo" y que todo quede como está. Además la sociedad nos reafirma constantemente que ganar dinero es lo más importante. Por lo tanto pasarás todo tu vida o gran parte de ella trabajando para ganar dinero y es claro que este modelo se reproduce a si mismo ya que nunca te alcanzara por que siempre surgen nuevas y cada vez más "necesidades". 

Estar la mayor parte del tiempo haciendo cosas solo por dinero, para sobrevivir y hacer cosas que en esencia no te gustan hacer, lo cual, como mínimo parece no tener lógica. Es aquello de esperar la jubilación para empezar a disfrutar de la vida y hacer lo que verdaderamente me gusta, mientras tanto sacrificarse para ganarse el pan de cada día. Esto no quiere decir que en algún momento, mientras genero el proyecto donde voy a aportar mi energía definitivamente, me dedique a otras actividades que no tienen que ver con lo mío. Igual lo haré con esmero y responsabilidad sabiendo que es una tarea transitoria. 

En 1985, el escritor estadounidense Bob Black publico un manifiesto llamado "la abolición del trabajo" que decía: «Nadie debería trabajar jamás. El trabajo es la fuente de casi toda la miseria existente en el mundo. Casi todos los males que se pueden nombrar proceden del trabajo o de vivir en un mundo diseñado en función del trabajo. Para dejar de sufrir, hemos de dejar de trabajar».Y abogaba no por la gandulería, sino por el jolgorio permanente. «Hay que crear una nueva forma de vida basada en el juego, una revolución lúdica, una aventura colectiva basada en el júbilo y la exuberancia libre y recíproca». Y en su Utopía para realistas, Rutger Bregman reclamaba una renta básica universal para que todo el mundo pudiera trabajar sólo en lo que quisiera trabajar. Al fin y al cabo, ¿quién sueña con ser cajero de un super si ya existen tiendas inteligentes? ¿Alguien tiene vocación de vendedor de billetes de metro o de repartidor de pizzas? ¿Quién quiere ser taxista si el coche se ,puede conducir solo? El problema es qué hacemos con esos cajeros, esos repartidores o esos taxistas. Levántate a las siete de la mañana. Dúchate. Péinate. Maquíllate. El café. La ropa planchada. El almuerzo de los niños. Repasa tu perfil de LinkedIn: «Soy una persona responsable y trabajadora». Conduce hasta el cole. Conduce hasta la oficina. Ficha a las nueve. Reunión. Otro café. Otra reunión. Un informe. Otra reunión. La típica bronca del jefe. Almuerza cualquier cosa. Una llamada. 300 mails. Otro informe. Me voy, que no llego al cole. Una pregunta: ¿alguien sabe si ya hemos cobrado? «No. Tú no odias los lunes, odias tu trabajo», palabra de Nick Srnicek. 

Desde hace décadas (no siempre fue así) nuestra vida se estructura en torno al objetivo último de alcanzar la autorrealización competitiva, sentirnos realizados profesionalmente. Prosperar. Ganar dinero. Y tener un empleo, por miserable que sea, se convierte en el fin último. Los políticos prometen crear empleos y nosotros votamos al que promete crear más. Los robots no podrán con todo. Sí cambiará el concepto de trabajo y surgirán nuevas formas de reconoci-miento social. No sé si en 2050 se requerirá trabajar para vivir o a qué llamaremos trabajo pero lo que está claro es que la gente va a tratar de ser feliz y útil y eso no tiene por qué estar vinculado al trabajo tal cual lo concebimos hoy. Habrá que liberar a la gente de las tareas rutinarias y dejarlas en manos de los robots para crear entornos que nos permitan dedicarnos a tareas creativas, emocionales, a lo puramente humano y que aporte algo distinto a la sociedad. 

Enrique Dans defiende una nueva relación con el trabajo alejada de la «maldición bíblica», del ganarse el pan con el sudor de la frente. «El trabajo dignifica pero dignifica más si es el que eliges tú». Su pronóstico habla de instaurar una renta básica incondicional que no desincentive para buscar además el empleo ideal y de nóminas no vinculadas a la productividad. Un cura salva almas pero no tiene un plus por salvar más. En el futuro habrá más trabajos dedicados a alcanzar un bienestar superior, artistas, gente dedicada a apoyar a los demás, a hacer que otros se sientan mejor». 

Ahora bien, te comento, aunque seguramente ya lo sabes, existe otra alternativa para resolver la contradicción entre el dinero y la plena realización personal agregando valor a la sociedad. Hay un solo requisito para esto, salir del lugar de confort, atravesar las incomodidades y los posibles miedos y lanzarse con seguridad a lo que legítimamente te gusta hacer y que se vincula a un talento o cualidad, que está presente desde el naci-miento, ya sea hereditario o adquirido durante el desarrollo materno y se transforma en los dotes que cada personas lleva en su interior y que nos hace únicos e irrepetibles. 

Con el tiempo, la pasión, dedicación y compromisorio te transforma en un maestro en la disciplina o área elegida. Te entusiasma la idea?. El paso a que te paguen por tu oferta es mínimo. A cuantas personalidades extraordinarias conocemos que recibe dinero en abundancia por hacer lo que les gusta juntando lo que, desde la primera revolución industrial nos separaron, el trabajo y la filantropía. Quiero comentarte además, que el rompecabezas universal esta armado y diseñado dentro de un sistema: Libre Albedrío y Causa y Efecto y lo que decidamos va a determinar lo que recibamos, siendo la clave dos distinciones: responsabilidad extrema e integridad. En ambas distinciones están todas las respuestas. Solo comprenderemos el punto y cómo funciona el cosmos cuando comprendamos que el punto está en ser la causa y no el efecto y en direccionarnos hacia nuestra integridad. La única (sí, la única) forma de causar y generar resultados contundentes, disfrutables y a largo plazo es siendo responsables e íntegros. 

La dimensión de la filantropía, es decir, juntar en una sola unidad lo que me gusta y que al mismo tiempo que me genera dinero, es parte del ser integro. Sin embrago el concepto de integridad que tienden a tener los humanos, no se acerca al concepto de integridad que comprende y propone el universo: la integridad es todo aquello que hacemos y causa una energía de Luz (integra), la des-integridad todo aquello que encaminamos y causa una energía oscura (desintegra).

En este contexto es que se inscribe la pregunta, el trabajo ¿castigo o bendición?. Libre Albedrío para elegir seguir esclavo de nuestras propias creencias o hacer lo que requiera por nosotros mismos y mientras lo hacemos, nos paramos en abundancia y comprendemos que también tenemos la habilidad de contribuir con nuestro entorno, con nuestro país y con el mundo, recibiendo con el propósito de compartir, a partir de ahí, la balanza de nuestros Quiebres se inclina hacia generar y causar esos Quiebres que me suman, que te suman, que nos suman, que te gratifican, que me gratifican, nos gratifican. 

La gran reivindicación para este y todos los 1 de mayo: ni la abolición del trabajo, ni el trabajo como jolgorio. Cada uno en el lugar que corresponda, el lugar donde elija para volcar su talento aportando desde ahí valor a la sociedad y viviendo en abundancia, no solo económica sino generando una vida plena y abundante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario