La conciencia es una llave maestra. Abre todas las cerraduras de la existencia.
"EL único pecado es la inconsciencia y la única virtud es la conciencia. Lo que no se puede hacer sin inconsciencia es pecado. Lo que solo se puede hacer mediante la conciencia es virtud. Es imposible cometer un asesinato si eres consciente; es imposible ser violento en forma alguna... si eres consciente. Es imposible violar, robar, torturar... todo eso es imposible si hay conciencia. Solo cuando la inconsciencia predomina, en las tinieblas de la inconsciencia, toda clase de enemigos penetran en ti.
Buda decía: «Si hay luz en una casa, los ladrones la evitan; y si el vigilante está despierto, los ladrones ni lo intentan. y si hay gente andando y hablando dentro, y los habitantes todavía no se han quedado dormidos, no es posible que los ladrones entren, ni siquiera se les ocurre pensar en ello.»
Exactamente lo mismo ocurre contigo. Eres una casa sin ninguna luz. El estado ordinario del ser humano es el funcionamiento mecánico: Homo mechanicus. Solo tienes de humano el nombre; por lo demás, eres solo una máquina adiestrada y habilidosa, y cualquier cosa que hagas será errónea. y recuerda, digo que cualquier cosa que hagas; ni siquiera tus virtudes serán virtudes si estás inconsciente. ¿Cómo vas a poder ser virtuoso estando inconsciente? Detrás de tu virtud vendrá un gran, un enorme ego. Tiene que ser así. Incluso la santidad, practicada, cultivada con gran trabajo y es fuerzo, es fútil. Porque no acarreará sencillez y no acarreará humildad, y no acarreará esa gran experiencia de lo divino, que solo se da cuando el ego ha desaparecido. Vivirás una vida respetable como santo, pero tan pobre como la de cualquier otro: podrida por dentro, una existencia sin sentido por dentro. Eso no es vida, es solo vegetar. Tus pecados serán pecados, tus virtudes también serán pecados. Tu inmoralidad será inmoralidad, tu moralidad también será inmoralidad.
Yo no enseño moralidad, ni enseño virtud... porque sé que sin -conciencia-son solo pretensiones, hipocresías. Te hacen falso. No te liberan, no pueden liberarte. Por el contrario, te aprisionan.
Solo una cosa es suficiente: la conciencia es una llave maestra. Abre todas las cerraduras de la existencia. La conciencia significa vivir momento a momento, estar alerta, consciente de ti mismo y consciente de todo lo que ocurre a tu alrededor en una respuesta momento a momento. Eres como un espejo, reflejas. Y reflejas de un modo tan total que todo lo que se hace basándose en ese reflejo está bien hecho porque encaja, está en armonía con la existencia. En realidad no surge en ti, no eres tú el hacedor. Surge en el contexto total: la situación, tú y todo lo demás participáis en ello. De esa totalidad nace el acto. No es tu acto, tú no has decidido hacerlo así. No es una decisión tuya, no es idea tuya, no es tu carácter. No lo estás haciendo tú, solo estás dejando que ocurra.
Es como si salieras a pasear a primera hora de la mañana, cuando el sol aún no ha salido, y encuentras una serpiente en el camino. No hay tiempo para pensar. Solo puedes reflejar, no hay tiempo para decidir qué hacer y qué no hacer. ¡Saltas inmediatamente! Fíjate en la palabra inmediatamente: no se pierde ni un solo instante; saltas inmediatamente fuera del camino. Más tarde, podrás sentarte bajo un árbol y pensar en ello: qué ocurrió, cómo lo hiciste, y te puedes dar una palmadita en la espalda por haberlo hecho bien. Pero en realidad, tú no lo hiciste; es algo que ocurrió. Ocurrió en un contexto total. Tú, la serpiente, el peligro de muerte, el esfuerzo de la vida por protegerse... y mil y una cosas más, todo forma parte. La situación total ocasionó el acto. Tú solo fuiste un médium.
Ahora bien, este acto encaja. Tú no eres el hacedor. En términos religiosos, podríamos decir que Dios lo ha hecho por medio de ti. Eso no es más que una manera religiosa de hablar, nada más. El todo ha actuado por medio de la parte.
Esto es virtud. Nunca te arrepentirás de ello. Y es un acto verdaderamente liberador. En cuanto ocurre, ha terminado. Quedas otra vez libre para actuar; no llevarás esa acción en la
cabeza. No pasará a formar parte de tu memoria psicológica. No dejará ninguna herida en tu interior. Fue tan espontáneo que no dejará ninguna huella. Este acto nunca se convertirá en un karma. Este acto no dejará ninguna marca en ti. El acto que se convierte en un karma es el que no es un verdadero acto sino una reacción: algo que procede del pasado de la memoria, del, pensamiento. Eres tú quien decide, quien elige. No surge de la conciencia, sino de la inconsciencia. Entonces, todo es pecado.
Osho
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