domingo, 20 de mayo de 2018

El movimiento es yang. La quietud es yin.


Si dejamos de pedalear.
Nos caemos de la bicicleta.
Si el corazón se detiene la vida física no puede continuar.
Si Cristiano Ronaldo o Luis Suarez dejan de entrenar.
Se bajarán muy pronto del trono de las estrellas.
Si las turbinas del avión disminuyen su velocidad.
El avión pierde altitud.
El movimiento es yang.
La quietud es yin.
Ambos son esenciales.
No podemos pedalear las 24 hs.
Ni Cristiano entrenar día y noche sin pausa.
Pero debemos comprender que la fuerza viene del movimiento.
De poco sirve darle a un pura sangre los mejores piensos ecológicos.
Si sólo sale a dar cortos paseos en los alrededores de la caballeriza.
No hay que temer a la sal.
Porque entra y sale del cuerpo como el aire y el agua.
Todos los días tomamos agua.
Todos los días tomamos aire.
Todos los días tomamos un poco de sal de mar.
Ésta entra, fortifica los tejidos, enriquece la sangre y el agua corporal.
Lo rejuvenece todo.
Y luego de hacer tu tarea, regresa a la Tierra.
Y luego al océano.
La sal en movimiento es fuente de belleza y salud.
La sal estática se convierte en un problema.
Por eso quien se entrena puede tomar sal marina.
Pero quien no desea ejercitarse es mejor que la reduzca a dosis muy bajas.
En el océano no hay estancamiento.
Ni en la sangre de los valientes.

-Martín Macedo-

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