“Si los elefantes supieran lo fuertes que son, romperían las cadenas y saldrían caminando del circo”
Alguien escribió esta frase en un muro.
Y es una gran verdad.
La mayor parte de las personas son como los elefantes del circo; desconocen su fuerza potencial, no creen en su grandeza.
Cuando nos identificamos con nuestro cuerpo, vemos limitación y pequeñez.
Y con el paso del tiempo nuestro cuerpo se debilita aunque lo cuidemos escrupulosamente.
Por ello nuestra grandeza está en lo que no se ve.
Nuestro poder es espiritual.
Nuestra voluntad es semejante a un volcán a punto de hacer erupción.
Es la más importante lección que podemos aprender en esta vida: comprender como el elefante sabio, que poseemos por derecho de nacimiento, la fuerza infinita en nuestro interior.
Y que somos invencibles.
-Martín Macedo-
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