lunes, 18 de mayo de 2020

El dióxido de cloro


El consumo de dióxido de cloro ha aumentado en forma exponencial debido a la situación sanitaria mundial.
Este producto ha demostrado su gran efectividad para destruir gérmenes y virus, parásitos y bacterias que viven en medios ácidos.
Es económico y de alta efectividad.
Esto no agrada a las industrias farmacéuticas.
Por eso la persecución a su principal promotor Andreas Kalcker, un científico sincero y desinteresado que ha tenido que dejar su hogar en España para exiliarse en Suiza.
Simpatizo mucho con sus esfuerzos por ofrecer un remedio sencillo, económico y de aplicación universal.
Se nota su sincero deseo de ayudar y por eso mucha gente lo quiere y cree y confía en sus recomendaciones.
Pero desde la óptica del Orden del Universo su producto CDS (clorito de sodio) no contribuye a una mejora de la salud.
El cloro es extremadamente yin y se une al oxígeno que también es extremadamente yin.
Esta unión es inestable porque cuando dos elementos de la misma polaridad se unen su vínculo no es fuerte.
Cuando se ingiere el dióxido de cloro ambos elementos se separan rápidamente y hacen un efecto fugaz buscando inmediatamente formar compuestos más estables.
El cloro se une al sodio formando un compuesto estable porque el sodio es yang.
El oxígeno por su parte se une al carbono formando dióxido de carbono, porque el carbono es yang.
Así este producto es muy yin y por eso en los videos de su preparación Kalcker recomienda no inhalar el gas durante su manipulación.
Valoro muchísimo sus nobles intenciones, pero es un científico y no ve las cosas según la filosofía de yin y yang.
Su enfoque es dualista, busca matar virus, matar parásitos, matar células cancerosas.
No ve a las formas de vida como perfectas, formando un todo orgánico creado por una inteligencia superior, universal donde todas las formas conviven sin que unas tengan que competir para poder vivir saludables.
Es la errónea forma de vida de la gente la que crea condiciones aberrantes que crean estos desequilibrios energéticos.
El dióxido de cloro corrige momentáneamente el problema pero si la persona no reflexiona sobre su forma de vida, su enfermedad no se ha curado.
Porque la cura se halla en la comprensión, en la mente.
Y no en la eliminación de los virus o bacterias.

-Martín Macedo-

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