viernes, 8 de mayo de 2020

A dos meses de la emergencia sanitaria

A dos meses (13 de marzo- 13 de mayo) de la declaración de la emergencia sanitaria en Uruguay y en consecuencia de la cuarentena voluntaria de miles de personas me gustaría realizar algunas anotaciones a modo de una personal "catarsis reflexiva".


Reafirmo lo mencionado en notas anteriores y en toda ocasión en mi desempeño profesional: cuando evitamos asumir en forma voluntaria y consciente los cambios y transformaciones requeridas, único camino para transformar nuestras formas de ser y expandirnos como seres humanos, el universo lo hace por nosotros generando quiebres rotundos a nivel personal, familiar, social y global. 



La pandemia y sus consecuencias son justamente eso, un quiebre mayúsculo que afecta, en diferentes grados, a toda la humanidad, a nivel personal, familiar y social reconociendo que cada persona vive en su mundo y el impacto y la respuesta será distinta para cada una de ellas. Querer generalizar es una tarea inútil. Todo se pone en el lugar que corresponde y cada ser humano, cada país, las regiones están atravesando lo que requieren para su propia transformación. 



Afirmo, como lo he mencionado en muchas ocasiones, que la verdadera causa del evento que hemos generado, es el desequilibrio generalizado de la humanidad y la desintegridad en que vivimos la mayoría de los seres humanos y no el virus como la mayoría de la humanidad cree. Sea real o ficticio o dudemos de su origen (en los animales o en laboratorio) para mí ya no es la discusión. Desde el concepto que estoy presentado es indistinto saber una cosa u la otra ya que, el virus y todo lo que trae aparejado, no es más que el estímulo y el disparador para que despertemos de nuestra larga siesta y de la irresponsabilidad en las formas de vida. 



Quiero dejar claro que, desde la Mirada de la Responsabilidad Extrema los conceptos de integridad y desintegridad son los dos únicos caminos que los seres humanos podemos tomar en el momento que hacemos uso de nuestra libertad de decidir. En consecuencia y de acuerdo al camino que tomemos cosecharemos eventos que nos sumarán (integridad) o eventos que nos restarán (desintegridad). Y esta es la perfección. Cualquiera que sea la cosecha es lo exacto que requerimos para incorporar información de valor y, si le vemos el valor, cambiar lo que haya que cambiar y fortalecer lo que haya que fortalecer, así de sencillo.



Afinando más estos conceptos pararse en formas de ser íntegras significa todo aquello que genera una “energía” limpia, genuina, armoniosa, fresca y despejada que honra la vida. Y pararse en formas de ser desintegras significa todo aquello que genera una energía y vibración turbia, nociva y des-honra la vida. Cada persona vibra en cada una de estas alternativas y sabe muy bien, siente en su corazón la distinción entre ambas por más que en algún momento parezca lo contrario o se haga el distraído para evitar pagar los costos de sus decisiones, demorando eternamente la posible transformación. 



Uno de los indicadores primarios a partir de la noticia y del primer impacto que nos provocó la noticia de que el virus estaba conviviendo entre nosotros  dejando de ser un asunto lejano y extraño o de un país o región y se declaraba la emergencia sanitaria, además de los ya conocidos a nivel físico como la fiebre, la tos, entre otros, que obviamente puede llegar a ser útil para identificar la infección, lo ubicamos a nivel emocional con el surgi-miento del miedo que obviamente impacta diferente en cada persona. 



En notas anteriores decíamos que el miedo es un recordatorio para que tomemos conciencia que requerimos trabajar aspectos de nuestro ser. El miedo es una energía vital para nuestra transformación. El miedo se siente indudablemente real, pero sólo es una cortina de humo creada por el ego. Requerimos, si verdaderamente estamos comprometidos con nuestra transformación,  reconocer esta realidad, ir a tocar la puerta del miedo y cruzar su umbral. Cuando sentimos inseguridad o duda por la escasa o distorsionada información que nos entregan nuestros sentidos poco desarrollados, nosotros mismos completamos la información parcial entregada, imaginándonos y proyectando lo que sale desde nuestro interior a nuestro entorno o situación en la que estamos viviendo. Lo que no significa perder la precaución o respeto a una situación, sino simplemente, no paralizarse o estancarse, sino avanzar.



El miedo es nuestro ego "taladrando" nuestra escucha en el momento en que percibimos peligro sea real o imaginario, con la intención de que creamos todo lo que te dice, esa es su meta. En esta circunstancia el miedo es nuestro principal aliado ya que es una señal contundente que registra nuestro cuerpo a través de nuestros órganos sensitivos que nos indica que del otro lado -del miedo- hay un resultado de Luz, un resultado que va a sumar a nuestra vida, obviamente solamente si estamos dispuestos a atravesar ese umbral. 

En definitiva el virus y sus consecuencias son un obstáculo más que los seres humanos hemos generado para atravesar lo que requerimos. El miedo es la emoción que nos indica que arrancamos con la primera etapa del proceso y así acallar a nuestro ego, atravesarlo y transformar nuestra naturaleza egocéntrica y más primitiva. Sin embargo reconozco que la mayoría de los seres humanos evitan este camino, quedándose en la queja y en la victimización y sin ver el valor que tiene atravesar el miedo, que justamente está ahí para eso para atravesarlo y generar un nuevo ser cada vez. 

Por otro lado, si es que nos alineamos a la idea de un posible origen del evento más allá de lo físico, estamos frente a una linda oportunidad para la auto crítica responsable y preguntarnos por nuestras actitudes y formas de ser cotidianas que llevaron al presente quiebre. Es un momento ideal para mirar hacia adentro de nuestro ser y realizar una reflexión crítica y honesta y asumir responsabilidad, haciéndonos cargo del momento y de nosotros, los seres humanos como protagonistas. 

Cuanta veces nos encontramos haciendo criticas sin sentido, sabiendo que si criticamos, seremos criticados. O le hemos hecho daño a alguien sabiendo que del mismo modo seremos dañados o algo nuestro sufrirá un daño. Cuanta veces somos duros sabiendo que esa dureza y desequilibrio se nos devuelve igualmente con esa dureza y desequilibrio. Cuanta veces hemos sido indiferentes ante el dolor ajeno, sabiendo que también seremos ignorados en momento difíciles. 

Esas causas que sembramos darán su fruto en efectos, antes de que quedemos liberados. Si sembramos discordias, corresponde que recojamos discordias; si sembramos bondad, amor, apoyo, por ende recogeremos bondad, amor, apoyo. Lo que sembramos, sea constructivo o destructivo, lo veremos devolverse con creces y en oportunidades con quiebres mayores. Creen ustedes que este somero listado de posibles actitudes y formas de ser están abonando este evento. Yo si. Tengo la convicción que la causa primigenia de cualquier quiebre es la desintegridad o integridad de los seres humanos, según reste o sume. Quiero aclarar que me refiero a seres humanos individuales o colectivos de seres humanos. 

Y en esta misma linea lanzo la pregunta central para explicar en parte la situación que estamos atravesando como humanidad. ¿Cómo podemos seguir creyendo que podemos impunemente ser crueles, calumniadores, secos, gruñones, violentos, mezquinos y esperar tener salud, amor, bendiciones, felicidad, es decir, todas las cosas de INTEGRIDAD de la vida, si la tendencia es a sembrar lo opuesto?. 

Reitero que, desde la Mirada de la Responsabilidad Extrema, la causa de la llamada pandemia no la encontraremos en el nivel físico y material y tampoco la solución la generaremos a nivel físico por más sistema médico y medicación que inyectemos en la sociedad, toda la cuarentena y aisla-miento que hagamos. Tampoco con actos voluntaristas de meditación o diferentes alternativas religiosas o seudo religiosas. Las medidas físicas y todas las técnicas alternativas, pueden aliviar la situación mientras el universo espera pacientemente a que tomemos conciencia de la verdadera causa del quiebre y que obviamente tomemos las medidas que correspondan para transformar la realidad. Como indicara Carl Jung "El camino está en nosotros, más no en los dioses, ni en las doctrinas, ni en la leyes. En nosotros está el camino, la verdad y la vida".

Pensemos que además de habernos encerrado en una cuarentena voluntaria la mayoría de nosotros estamos en una prisión mayor y ni siquiera nos damos cuenta. Somos rehenes de la presión constante para superar a amigos y colegas. Estamos esclavizados por nuestros caprichos reactivos y deseos egoístas. Somos cautivos de nuestros empleos y de nuestras presiones económicas. Somos prisioneros de la manera que los demás nos perciben. Estamos encarcelados por nuestra escasa ¨necesidad¨ de que otras personas nos acepten. Personas escasas y egocéntricos, conformistas, complacientes, tensos, paranoicos, fatalistas, sin convicciones firmes ni enfocadas afuera, cómodos, inseguros, ¨necesitan¨ y viven de la aprobación de los demás y una serie de rasgos que hacen a personalidades limitadas y escasas. Su tendencia es a sacarse los compromisos de encima, haciendo lo mínimo e indispensable; otras tendencias marcadas es adaptarse a la corriente y a ¨venderse". 

Personas que están paradas más en el TENER que en el SER. Su SER tiende a estar enmascarado y reprimido, enfocando su energía en tener más y más dinero, más y más bienes materiales, más y más confort exagerado en el hogar, sobre abundancia de viajes, opulenta y desintegra alimentación vs más y más amor, más y más bondad, tener más y más tierra. Todos estos bienes a costa. muchas veces , de la explotación exagerada de los recursos naturales,  o usando y/o abusando y/o explotando a otros seres humanos, cuando sabemos que hay suficiente y en abundancia para todos.  

Hay tantas y variadas situaciones desintegras como personas en el mundo. El listado es interminable. Cada persona, si le ve el valor. requiere identificar cuales de sus propias actitudes y formas de ser están contribuyendo a la situación actual asumiendo la responsabilidad absoluta por el evento e iniciar ya el proceso de limpieza y reingenieria personal.

Parejas desparejas que obligadas a convivir se enfrentan a su propia desintegridad y tendrán que atravesar lo que requieran para su transformación reafirmando la convivencia o separándose definitivamente. Personas que se desempeñaban en tareas reñidas con su vocación y filantropía y que están ante la oportunidad de conectarse con ella. Padres o madres desconectados con sus hijos y que la convivencia cotidiana les muestra crudamente esta realidad y que requiere de una respuesta asertiva y amorosa. Personas que viven aisladas de si misma, en silencio su soledad y tristeza y que el aisla-miento social pone aun más en evidencia esta situación. Seres humanos que no se han conectado con su sentido de vida y que ahora caen en un vacío existencial inaguantable y que en forma lenta, con idas y vueltas se van reencontrando y estableciendo nuevas prioridades que justamente generen un significado trascendente. 

Gobernantes que cambiaron todas las prioridades de su agenda política con nuevos listados donde invertir y gastar dinero, lo que antes parecía imprescindible hoy se desinflo totalmente. Profesiones que pierden pie a cambio de otras que cobran una importancia sin precedentes. La gran mayoría de la industria turística que, salvo excepciones destacables, tanto daño produce al ambiente y a los modos de vida de los pueblos originales y autóctonos. Se están acomodando los "zapallos" en el camión con un nuevo orden social. Tenemos tanto, pero tanto para ordenar que no nos alcanzaría una vida para lograrlo, pero requerimos iniciar el camino si pretendemos un estado permanente de plenitud y dicha. 

El mundo entero, con sus des integridades, participa del quiebre. ¿Como? Ademas de todo lo que ya mencionamos contribuimos enviando odio, egoísmo, discusiones, pleitos, desequilibrio, xenofobia, femicidios, atentados, suicidios... cosechando confusión, caos, guerras y molestias y desequilibrios de todas las clases inimaginables. Diariamente leemos sobre la cantidad y la profundidad de las agresiones a la naturaleza. Menciono una reciente "Hoy es un día triste para México y para el mundo entero, hoy, oficialmente comienza la destrucción de una de las reservas Selváticas más importantes de nuestro planeta, hoy también comienza la insensible e innegable pérdida de vestigios arqueológicos, así como el rezago y desplazamiento de todos aquellos que viven ahí y no son de piel blanca, ni privilegiados, ni pudientes. Hoy México vuelve a elegir el dinero por encima de la vida. Aún no termina el encierro por la pandemia y se ha dejado claro que aquí nada cambió, que nada aprendimos, ¡es una lástima!, sinceramente no hay nada que celebrar. No al tren maya".

Tengamos bien claro que no siempre el universo devuelve la cosecha inmediatamente. El planeta Tierra tiene una cantidad enorme de deudas acumuladas, de todo el mundo y se desahoga por donde puede, en tempestades, ciclones, terremotos, desastres marinos, derrumbes, inundaciones, erupciones volcánicas, pestes, virus, etc. 

Hay personas que aun dudan de la verdadera causa de la pandemia. No los juzgo, cada uno está en el nivel de conciencia que corresponde con su realidad y es perfecto. Pero lo que está claro es que hasta que no lleguemos a la masa crítica requerida demoraremos aun más la transformación del planeta que es la transformación de los seres humanos y viceversa, la transformación de los seres humanos corresponderá a la transformación del planeta. 

Creamos o no la realidad funciona de esta manera, es como la ley de la gravedad, creamos o no en ella funciona desde siempre. Al mismo tiempo me pregunto si el presente quiebre y los dos meses de cuarentena son suficientes para tomar conciencia e iniciar esta tarea o tendremos que generar otros quiebres de mayor magnitud para atravesar lo que requerimos y transformar finalmente la realidad, antes de caer en la rutina automática e irresponsable que nos llevó a la situación que estamos viviendo actualmente o llegar al lugar del no retorno. 

Todo lo que recibimos esta directamente relacionado con lo que emitimos y por lo tanto todo lo que recibimos es PERFECTO. 

¡¡¡No nos distraigamos más, comencemos ya la tarea!!!

Una vez leída la nota y si le ves el valor sería interesante que puedas compartirla para generar lo que llamamos la "masa crítica" requerida para producir la transformación a nuevas formas de ser. No necesariamente requerimos contactar al 100 por ciento de una determinada población, con alcanzar la masa crítica es suficiente, gracias!!!.

Daniel Corsino

No hay comentarios:

Publicar un comentario