Este artículo en la porción de la semana ha sido previamente publicado en el 2017
¿Alguna vez has estado en una situación en la que tú y otra persona presencian el mismo suceso, pero lo ven de manera totalmente diferente? ¿O quizá has visto a dos personas hablando en un idioma extranjero y te pareció que estaban molestas, pero en realidad simplemente estaban muy emocionadas?
Cuando me encuentro en situaciones así, recuerdo el hecho de que, como seres humanos, no siempre vemos las cosas claramente. Cada uno de nosotros tiene ideas y nociones preconcebidas en su mente consciente o subconsciente que crean el lente con el cual “vemos” este mundo. Tal y como dice la frase: “Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros”.
Es un tema adecuado porque la porción de esta semana es Reé, que significa “ver”. A través de ella, recibimos la energía para desarrollar y mantener nuestra visión espiritual. Esta también es la semana en la que nació el Rav, así pues, posee poder e importancia adicional para todos nosotros en esta familia espiritual global.
Cuando Moshé les dice “Reé” a los israelitas, en realidad les dice: “Véanme, quién soy, cómo vivo, cómo soy sustentado”. Pero él no se refería a cosas externas. Sí, Moshé era alto, peculiar y jovial, como si no hubiese envejecido ni un día desde su salida de Egipto. También era próspero e inteligente. Pero lo que él quería que “vieran” los israelitas era cómo se aferraba al Creador. Él sabía que sin la Luz, él no era nada. Y nunca perdió de “vista” esa conciencia, sin importar nada.
En nuestra vida, cuando las cosas comienzan a salir conforme a lo que queremos o cuando no tenemos necesidades inmediatas, es fácil perder de vista Quién nos facilita nuestras bendiciones. También es fácil ver a alguien más, quizá una persona rica, hermosa o famosa, y pensar: “Vaya, ya triunfó”, y luego desarrollar una sutil envidia o tristeza por nuestra situación de vida actual. ¡O comenzamos a idolatrar a esa persona en un modo que anula la preciosa Luz de nuestro propio ser! Pero el Creador no sólo quiere que vivamos con Él en nuestros momentos de desesperación. Y no nos puso aquí para sólo desear ser alguien más. Él nos creó para recibir la máxima plenitud que viene con ser quienes somos, subir nuestra propia escalera espiritual y compartir lo que vinimos a compartir en este mundo.
Esta semana recibimos un poderoso regalo, la visión espiritual para “ver” que nuestra circunstancia actual no es por accidente. Es nuestro desafío. Sin importar los altibajos, hagamos de nuestra conexión con nuestra Fuente la prioridad número uno. Cuando esa es nuestra conciencia, entonces sin importar lo que suceda, no podemos fallar.
Karen Berg
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