Lo semejante atrae a lo semejante.
Los hombres corrientes utilizan palabras vulgares para expresarse.
Pero las palabras de los hombres eminentes son música para el que las oye.
Los pensamientos de un hombre corriente son los pensamientos del rebaño.
Pero el hombre eminente sólo piensa en lo bello, lo noble y lo sublime.
El hombre corriente come comida de cantina.
Pero el hombre que brilla se alimenta según el orden del universo.
Cuando llegue el momento de subir un nivel los humanos sentirán un irresistible impulso.
Y espontáneamente sentirán atracción por estilos de vida saludables.
Si deseamos que nuestros amigos y familiares cambien no debemos presionarlos.
Demos el ejemplo más poderoso y conmovedor que seamos capaces.
El ejemplo silencioso y persistente de una gota que golpea la montaña.
Es nuestra arma más poderosa porque tocará sus corazones y llegará hasta su alma.
-Martín Macedo-
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