Se nos ha dicho una y otra vez.
Que nada se consigue sin esfuerzo.
Que nada llega sin trabajo duro y sostenido.
"No hay ganancia sin dolor" reza una frase inglesa.
Entonces se convierte en creencia.
Y cuando muchos lo creen.
Se convierte en Ley.
Se pueden alcanzar muchas cosas a través del esfuerzo.
Pero no es una ley absoluta.
Porque hay algunos que se esfuerzan mucho y consiguen poco.
Y otros que se esfuerzan poco y consiguen mucho.
Muchos jóvenes desean ser estrellas del deporte.
Se esfuerzan mucho pero unos pocos llegan.
O intentan triunfar en la música.
Y a pesar de su dedicación no consiguen tener éxito.
Muchos hacen grandes sacrificios para alcanzar el éxito económico y no lo consiguen.
Entonces lo atribuyen a la suerte.
El hemisferio izquierdo siempre quiere explicarlo todo desde la lógica.
Cuando era muy joven leía a veces a algunos autores del poder mental que sostenían abiertamente que no era necesario el esfuerzo para triunfar.
Y me enfurecía esa forma de razonar.
Me parecía que estaban engañando a sus lectores.
Ofreciendo caminos fáciles para aumentar las ventas de sus libros.
Pero hoy en día me he convencido de que por el camino del esfuerzo no se llega lejos.
¿Quién se esfuerza?
¿Dios se esfuerza?
¿Los genios se esfuerzan?
Sólo los hombres corrientes se esfuerzan.
No es necesario un gasto de fuerza.
Simplemente porque somos la misma fuerza infinita.
Y la fuerza infinita no se gasta ni se agota.
Entonces en vez de esfuerzo.
Habrá enfoque, voluntad y pasión.
-Martín Macedo-
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