El secreto de la fuerza infinita es la focalización.
Quien no consigue enfocarse no consigue nada.
Y cuanto más se esfuerce peor será.
Y aumentará su frustración.
Si un cazador se pone nervioso y pierde el pulso sus tiros fallarán y perderá todas sus presas.
Pero si logra enfocar su arma volverá a casa cargado con abundantes piezas de caza.
El yin debe estar en el exterior.....la calma e infinita serenidad.
El yang en el interior.....el propósito absolutamente definido y la voluntad férrea de lograrlo.
Por fuera yin infinito.
Por dentro yang infinito.
Sólo entonces surge la fuerza infinita.
Y ya no se tratará de un hombre sino de una leyenda, un dios viviente.
Pero el hombre vulgar invierte el orden.
Acumula yang en el exterior queriendo imponer su voluntad sobre los demás.
Y yin en el interior en forma de ansiedad extrema y miedos que se multiplican sin cesar.
-Martín Macedo-
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