Las leyes de frecuencia superior
Ley N°26
La ley de Frecuencia o Vibración:
El miedo tiene una vibración pesada y de baja frecuencia. La serenidad, la paz, y el amor tiene una vibración ligera (alta frecuencia). El humor disuelve situaciones difíciles y eleva la energía. El amor quita la pesadumbre. Las vibraciones elevadas y ligeras disuelven las bajas y pesadas. El pánico se extiende como un incendio forestal, la presencia de una persona serena apaga las llamas y calma los temores. Los ángeles tienen un maravilloso sentido del humor y les encanta la vibración de la risa. Se toman a sí mismos a la ligera y te hacen sentir más ligero. Las personas críticas lanzan dardos energéticos de baja frecuencia. El enfado son energías de baja vibración, y detrás siempre está el miedo y un sentimiento de impotencia.
Al estar sereno, emitimos una vibración elevada. Nos sentimos fuertes y al tener esta energía expresamos nuestra verdad. Al expresar lo que sentimos, disolvemos los sentimientos de enfado. Una manzana podrida estropea todas las del cesto. Una mala persona puede corromper a otras débiles pero no afectan a las fuertes. Una persona fuerte con intención firme, puede influir positivamente sobre personas malas. Los profesores saben que si están nerviosos o tensos, los niños se comportarán mal. Si estás fuerte, confiado y lleno de amor, las criaturas y plantas responderán positivamente a la elevada frecuencia que emites. Los ángeles tienen vibración de alta frecuencia y solo pensar en ellos, ya eleva tu consciencia. La culpabilidad o la obligación no son buenas razones para hacer las cosas. Cuando haces lo que quieres hacer, irradias energía de alta frecuencia. Cuando hacemos lo que nos da sensación de alegría, elevamos nuestra frecuencia y la de las personas que nos rodean. La falta de amor propio es debido a las conversaciones de carácter negativo que mantienes contigo mismo, es una imaginación oscura que emite una vibración baja.
La autoestima y la confianza irradian luz de alta frecuencia. Recuerda quién eres realmente, un ser asombroso, un ser vivo hermoso, increíble, si te das cuenta de ello y actúas como maestro de luz, irradias una vibración elevada. Tienes que darte cuenta de quién eres y aceptarlo. Utiliza tu imaginación para que cada vez que respiras, cojas confianza, alegría y colores hermosos en tu aura. Visualiza soluciones positivas a tus retos. Así te convertirás en un ser de elevada frecuencia.
Cuando vivas tu vida con hermosura, gracia, alegría, se disolverán las emisiones de baja frecuencia de otras personas y las elevarás a un nivel superior. Con la Ley del Karma, empezarán a volver a ti cosas maravillosas. Las palabrotas producen una nube de pensamiento densa y oscura al igual que los pensamientos de violencia, dolor, abuso, envidia, culpabilidad y cualquier emoción negativa. Se transmuta con el perdón, la compasión y la alegría.
El Om, los mantras y plegarias sagradas producen una energía del alta frecuencia, al igual que recitar los nombres de arcángeles y maestros. Los libros espirituales, la música clásica y los cuadros hermosos elevan la vibración de una habitación. Si un número de personas envía luz a una ciudad oscura y con violencia, la bondad y la paz tomarán el relevo. La enfermedad tiene una vibración pesada y bloquea la corriente de fuerza vital necesaria. La sanación sucede cuando se transmite energía de elevada frecuencia. Se transmuta la vibración pesada de la enfermedad y aparece la salud.
La riqueza material tiene una vibración, si quieres ser rico, piensa en términos de riqueza. El éxito tiene su propia frecuencia. Si quieres aumentar tu luz espiritual, relaciónate con personas espirituales.
Para que tu vibración y la de ellos empiece a fusionar. Para atraer luz y amor hacia el planeta, crea columnas de luz blanca para que los ángeles y los seres superiores puedan entrar. Con el pensamiento crea puentes de luz para personas y lugares, para que la ayuda y la sanación llegue hasta ellos.
Tu nombre tiene una vibración, cuando se pronuncia, tus lecciones de vida se movilizan. Antes de que nacieras, enviaste telepáticamente a tus padres el nombre que deseabas tener. Si cambias el nombre, atraes lecciones nuevas.
Pronuncia tu nombre y el de los demás con amor y sentirás y dispensarás amor. Irradia energía pura y transmutarás la infelicidad de todos cuantos te rodean.
Las lecciones que estás aprendiendo son liberar rabia y energías negativas, dejar ir lo viejo, aprender a relacionarte con los demás de formar armoniosa y con honestidad, ser consciente de quién eres y de cómo es el mundo, vivir en tu esencia en el ahora y se tú mismo.
Expresa tu yo auténtico, marca los límites y conoce cuales son tus emociones y cuáles pertenecen a los demás.
No asumas responsabilidades que no son tuyas.
Del libro “Las 36 leyes espirituales”
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