Hay una proporción que se debe observar para lograr la salud infinita.
Una proporción de yang.
Una proporción de yin.
Si una de estas fuerzas se sale de su proporción es como una sangre diluida (anemia) o una sangre demasiado viscosa (trombosis).
La gente se preocupa por las vitaminas, las proteínas y las grasas saludables.
Se hidrata y se suplementa con hierro y ácido fólico.
Pero sin tomar en cuenta las proporciones.
En la medicina oriental el cereal es el plato principal.
La proporción debe ser del 50, 60, 70% dependiendo del resultado que se quiera conseguir.
El plato secundario (vegetales, frutos secos, legumbres, pescado, fruta) debe tener un volumen menor.
Si se invierte la proporción es como errar en la proporción de agua que le pondremos a la masa para hacer el pan.
Si ésta es demasiado alta la masa no se podrá trabajar y el pan se convertirá en una pasta sin forma y sin volumen.
Si es demasiado baja, no se podrán mezclar ni combinar los diferentes ingredientes de nuestro delicioso pan.
Nuestro cuerpo es como esta masa de pan.
Si tiene demasiada agua o demasiada azúcar no podrá funcionar bien.
Cuando falla la proporción la naturaleza avisa.
Aparece la primer señal de falta de proporción: el cansancio.
Si no se corrige la falta de equilibrio, el cansancio se profundiza y aparecen señales más profundas de desequilibrio (dolor crónico) y enfermedades más serias.
Entonces algunos buscan curas en base a jugos vegetales crudos.
Y en vez de mejorar se sienten peor.
Porque sólo se enfocan en vitaminas, minerales y nutrición molecular u ortomolecular.
Pero no se toma en cuenta la energía yin yang, ni las proporciones de alimentos.
Y por eso no funcionan o lo hacen por un breve tiempo.
Ohsawa decía que éste es el "secreto médico de la macrobiótica".
El alimento principal crea el equilibrio energético más rápido que los otros alimentos.
Y por esa razón se los denomina "secundarios".
Intentar crear equilibrio sólo con secundarios conduce a una extrema yinnización.
Y por esa razón muchos veganos terminan incorporando proteínas animales luego de un éxito inicial que termina en un profundo desequilibrio.
-Martín Macedo-
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