Me consultan jóvenes interesados en la ganancia de masa muscular sobre la conveniencia de los suplementos de proteína.
La pasión por el gimnasio, por las pesas y por construir cuerpos grandes y musculosos se ha esparcido por los cinco continentes.
Cuando se alcanza una masa crítica, se dispara el fenómeno masivo.
En Kuwait, un magnate petrolero se ha sumado a la locura por los músculos y ha construido el centro de acondicionamiento físico más grande del mundo que le ha costado 17 millones de dólares.
Una fábrica de gigantes musculosos, que entrenan con las mejores máquinas, se alimentan cada dos horas con dietas hiper proteicas y suplementos nutricionales de la más alta calidad, porque no escatima gastos a la hora de crear la Meca de la musculación.
Además la legislación de ese país permite el acceso libre a los fármacos esteroides de la más alta calidad que construyen masa muscular en poco tiempo.
Entonces algunos jóvenes quieren hacer una dieta saludable pero se han dejado atrapar por el estereotipo del héroe musculoso.
Y me preguntan qué suplemento de proteína pueden tomar, creatina, batidos con proteína de soja, o alguna otra entre tantas ofertas que se ofrecen a los atletas.
Entonces algunos me consultan porque tienen el virus del HPV o algún otro problema con su salud, como la gastritis tan difundida entre los jóvenes.
Y yo les hablo de las bondades de la macrobiótica y de la necesidad de disminuir el consumo de proteína animal.....y ellos lo entienden pero luego aparece el mito de los músculos.
"Pero mire que no quiero perder masa muscular, porque entreno en un gimnasio o juego al fútbol".
Aquí hay un poco de confusión en cuanto a las prioridades.
¿Qué está primero, la recuperación de la salud o intentar seguir el modelo de cuerpos musculosos que el paradigma imperante impone sobre los jóvenes y no tan jóvenes?
No se pueden perseguir ambos objetivos a la vez.
Primero la salud o primero el gimnasio.
Lo más importante es la salud, esa en mi opinión; es fundamental tenerlo muy claro.
Para tener salud es necesario aprender a aceptar el cuerpo tal como es y aprender a amarlo y no pretender que se adapte a los estereotipos del super hombre del gimnasio.
Si entrenamos es para hacerlo más fuerte y más sano.
Un cuerpo sano y fuerte, limpio y bien entrenado tendrá simetría y belleza, fuerza y definición natural.
Pero en la mente de los jóvenes están impregnadas las imágenes de los concursos de "Mister Olympia" o "Mister Mundo" o "Arnold Classic".
Cada uno debe aceptar el cuerpo que tiene, con su genética particular.
Algunos tienen cuerpos con genéticas tipo "gorila" y tienen naturalmente facilidad para crear cuerpos grandes y pesados.
Otros tienen una genética tipo "ardilla", con cuerpos livianos y ágiles.
Si la ardilla quisiera tener un cuerpo musculoso y duplicar o triplicar su peso, yo le recomendaría que haga más ejercicios localizados y comiera mayor cantidad de nueces y bebiera agua del río.
Pero las ardillas no son tan tontas como para invertir tanto esfuerzo en crear un tipo de cuerpo que no es el natural de las ardillas.
La ardilla vive feliz y su belleza no está en el tamaño de su cuerpo.
Su atractivo está en la gracia de sus movimientos, en su bello pelaje y en su maravillosa agilidad.
Los culturistas que siguiendo la moda de la hipertrofia se lanzan a buscar la felicidad en ese camino, terminan con los riñones destrozados y con problemas cardíacos que acortan sus vidas.
Tanta proteína, tantos esteroides, tanta insulina y suplementos generan severos daños en el hígado y la gloria de un cuerpo artificialmente musculoso dura poco y termina destruyendo su vida.
Así que recomiendo a mis jóvenes amigos que desean verse fuertes y atractivos que entrenen como fieras, pero siguiendo el método de las fieras: comida sana, entrenamiento y voluntad de hierro.
-Martín Macedo-
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