Para mí, el día después es ahora. Ya estamos viviendo la transformación que se vislumbra una vez que superemos esta situación. Entraremos en una nueva era de la humanidad. Estamos transitando un nuevo tiempo que impactará inevitablemente en nuevas formas de ser de los seres humanos. Algunas de ellas las mencioné en notas anteriores pero las reiteraré en esta, ahora con un grado mayor de certeza.
Nueva jerarquía en la escala de valores
Entre las primeras inevitablemente requerimos mencionar la renovación y nueva jerarquía en la escala de valores que definen nuestras decisiones diarias. y nuestra práctica cotidiana. Estamos vivenciado directamente la ausencia del vínculo personal con las personas amadas. Entre hijos/as y papás o mamás, entre hermanos y con primos y con toda la parentela y amigos en general. El que a mi más me impacta es lo que se genera en los/las abuelos/as en el vínculo virtual con sus nietos/as. Vemos que observan pasivamente o a lo sumo mostrando una nostálgica sonrisa o alguna escasa verbalización por la emoción de lo que están presenciando a través de los medios electrónicos, observando como nietos y nietas incorporan nuevas habilidades: el pasaje de gatear a caminar, de caminar a correr, de depender 100 por ciento de los adultos a empezar un proceso de autonomía, de una expresión gutural a pronunciar algunas palabras aisladas, de un ombligismo natural a sorprenderse por un entorno repleto de estímulos, y lo que es más doloroso mirando a los abuelos con una cara de asombro como preguntándose y estos ¿quienes son?, ¿quien es ella?, ¿quien es él?....muy triste.
Es doloroso no poder acompañar personalmente los procesos naturales de la vida de los niños/as. No hay precio monetario que pueda cambiar esta situación (la hija de un gerente del Banco de Santander en Portugal decía en una nota "somos multimillonarios y mi padre murió solo y sin despedida"). Estamos confirmando que el amor no tiene precio -el amor no se compra ni se vende. Es más, se esfumaría inmediatamente en el instante que alguien osara comprarlo o ponerle un precio monetario. El amor tiene un valor omnipresente, eterno e infinito. Y en particular, en una sociedad orientada por el lucro y el tener, estamos re aprendiendo a priorizar el amor filial acompañando a nuestros nietos, hijos, abuelos en sus procesos de vida como un valor que no se cambia por nada, ni tiene precio.
El estribillo de una linda canción del Grupo "Calle 13" dice:
El estribillo de una linda canción del Grupo "Calle 13" dice:
...
Tú no puedes comprar el viento
Tú no puedes comprar el sol
Tú no puedes comprar la lluvia
Tú no puedes comprar el calor
Tú no puedes comprar las nubes
Tú no puedes comprar los colores
Tú no puedes comprar mi alegría
Tú no puedes comprar mis dolores...
Está claro que no todo se compra, no todo se vende, hay una lista de bendiciones que no se pueden comprar ni vender y que solamente podemos generarlas si estamos conectados, como por ejemplo, el amor verdadero, nuestra filantropía, el equilibrio y la paz, la plenitud...la lista sigue...Re-aprendemos a los golpes. Requerimos atravesar situaciones extremas, como la actual, para tomar conciencia del valor de la vida. Requerimos recordar y reafirmar -por que ya lo sabemos- que la vida es una sola: seres humanos, mundo animal y vegetal, rocas y montañas, ríos y mares, frío y calor, todos ellos son parte de una unidad indivisible y formando parte de un único sistema, tocamos uno de ellos y generamos indefectiblemente desequilibrio y caos en el todo.
En este mismo sentido las personas y profesiones también se mueven en la tabla de jerarquía de valores. Queda claro que los médicos y todas las personas que se desempeñan en el sistema de salud se ubican finalmente en el primer lugar del listado. En esta revolución del valor que adquieren determinadas profesiones podemos mencionar una infinidad de tareas que desarrollan mujeres y hombres imprescindibles en épocas de crisis y que obviamente hemos tomado conciencia el valor central para sostener los sistemas de salud pública, la convivencia social y los procesos de producción. Es de obviedad pero en tiempos "normales" todas estas profesiones son silenciadas por el sistema del espectáculo y el lucro, que se refleja entre otros indicadores en las remuneraciones totalmente desequilibradas entre unos y otros.
Entre otros educadores (maestros y maestras), personal de limpieza pública, personal de contacto en tiendas y comercios en general, profesionales de la comunicación virtual y los técnicos en redes que visitan una a una los hogares para dar solución a cualquier tipo de falla técnica, y una infinidad de profesiones que, hasta el momento, estuvieron silenciadas por una sociedad signada solo por el consumo y el tener.
Ser-Hacer-Tener
Paulatinamente vamos tomando conciencia que requerimos reafirmar el orden de Ser - Hacer - Tener que lo hemos invertido. Casi todos los seres humanos creemos que si “tenemos” alguna cosa (más tiempo, dinero, amor o lo que sea), podemos finalmente “hacer” algo (escribir un libro, tener un pasatiempo, ir de vacaciones, comprar una casa, iniciar una relación), lo que nos permitirá “ser” algo (pleno, pacífico, contento o estar enamorado). Estamos revirtiendo el paradigma Ser - Hacer - Tener en Tener-Hacer-Ser.
Opuesto a como los seres humanos tendemos a creer, “el tener” no produce “ser”, sino todo lo contrario. Primero estas siendo ese algo llamado “pleno” (o “conocedor” o “sabio” o “compasivo” o cualquier otra cosa), después empezamos a “hacer” las cosas desde este punto de Ser y pronto descubres que lo que estás haciendo termina proporcionándote las cosas que siempre deseaste “Tener”.
La manera de poner en movi-miento este proceso creativo es saber lo que legítimamente deseamos “tener”, preguntarnos lo que pensamos y sentimos que “serías” si “tuvieras” eso y enseguida ir directamente a Ser. De esta manera, invertimos la forma en que hemos utilizado el paradigma Ser - Hacer - Tener. En la vida, no se trata de Hacer. Todo es cuestión de quién estamos Siendo y orientarnos y llegar a quien realmente SOMOS, a nuestro SER, a la esencia de nuestro SER. Piensa en una persona que cree que si sólo pudiera tener un poco más de tiempo, un poco más de dinero o un poco más de amor, sería en verdad pleno. No capta el vínculo entre “no ser muy pleno” en este momento y no tener el tiempo, dinero o amor que desea. Por otra parte, la persona que esta “siendo” plena parece tener tiempo para hacer todo lo que es realmente importante, todo el dinero y suficiente amor para que dure toda la vida. Descubre que tiene todo lo que pretende para “ser pleno”... “siendo pleno”!.
Estamos descubriendo que este tiempo es el ideal para poner en valor este proceso creativo decidiendo con anticipación lo que elegimos Ser, produce eso en nuestra experiencia. “Ser o no Ser. Ese es el dilema”. La plenitud es un estado mental. Al igual que todos los estados mentales, se reproduce en forma física: “Todos los estados mentales se reproducen a sí mismos”. ¿Cómo podemos “ser” plenos, para empezar, o “ser” cualquier cosa que tengamos la intención de ser (más próspero, por ejemplo, o más amado), si no tenemos lo que pensamos que ¨necesitamos" para “ser” eso?
Actuemos ya, hoy, desde este instante como si lo tuviéramos y generaremos plenitud en ti. Lo que actuemos como si lo fuéramos, en eso nos convertimos. No hablamos de que hagamos un personaje, hasta que lo logremos. No funciona hacer un ¨personaje¨. Nuestras acciones funcionan si son sinceras. Todo lo que hagamos, requerimos hacerlo con sinceridad o se perderá la recompensa de la acción.
Mirada de la Responsabilidad Extrema
La Mirada de la Responsabilidad Extrema es una invitación para transitar del lugar de la Víctima donde muchas veces nos ubicamos, hacia un paradigma de la Responsabilidad, planteando que los Seres Humanos somos la CAUSA de todo lo que recibimos, lo que nos suma o lo que nos resta en éste aquí y ahora (a mediano y largo plazo todo suma, siempre).
Significa comprender que generamos todo lo que recibimos en nuestras vidas, a partir de quién estamos siendo o de quien hemos sido en el pasado aún aquello que desde la mirada física (la mirada de los 5 sentidos), pareciera no tener nada que ver con nosotros, como puede ser la tan mentada pandemia.
La victima se pregunta ¿que he hecho yo para merecer esto?. Cuando la pregunta inteligente y responsable sería ¿que formas de ser, presentes o pasadas, están generando esta situación caótica?, ¿La cosecha del presente tiene que ver con la siembra que hemos hecho en el presente inmediato y en nuestro pasado. Entonces la pregunta es: ¿Para que la estoy generando?. ¿Que cambios requiero hacer en mi vida que, ante las evidencias empíricas, no me están funcionando?.
La consecuencia más extraordinaria de esta evidencia es que los seres humanos vamos a generar un tipo de vida si creemos que los resultados que recibimos pueden llegar a tener que ver con razones ajenas a nosotros y un tipo de vida diametralmente opuesta y distinta si comprendemos e incorporarnos la certeza de que NADA ES INOCENTE, es decir que CAUSAMOS, GENERAMOS y ATRAEMOS todo aquello que recibimos, tanto lo que suma como lo que resta en este aquí y ahora de nuestras vidas.
Los eventos (los llamados “accidentes”, “enfermedades”, “robos”, catástrofes, etc.) y los personajes (personas con quien con vinculamos) que “recibimos” no “nos pasan”, los eventos “no pasan”, los eventos cuando los “recibimos”, significa que los estamos generando a partir de quién estamos siendo o de quien estuvimos siendo.
Todo lo que generamos los seres humanos en el pasado y en el Aquí y Ahora de nuestra vida está directamente relacionado con lo que emitimos, con lo que estamos generando, y desde esta perspectiva no hay una milésima de algo que recibamos que no lo hayamos generado nosotros, sea lo que sea que estemos recibiendo.
Es una invitación a aceptar la responsabilidad por todo, si, de todo, y, aunque nos moleste, aceptar la actual situación pandémica. No nos funciona hacernos las víctimas. Esta emoción solo nos inactiva, nos paraliza y genera energía tóxicas, quejosas y pesadas. Desde esta perspectiva parece inteligente preguntarnos por cuál es el origen de todo el caos y el dolor que estamos generado en nuestra vida. Y la respuesta es una sola: nuestro comporta-miento reactivo hacia otros.
Nos guste o no, este es el punto. No son las personas que no te agradan. No es que tengas sobrepeso, que no seas atractivo, o lo suficientemente brillante. No es tu dieta. No son los políticos corruptos. No son los actos supuestamente "fortuitos", como terremotos, inundaciones o virus letales y mortales. El punto es que el 99.9 por ciento del tiempo, de alguna u otra manera reaccionamos, respondemos, devolvemos el golpe y dejamos que todos nos provoquen sin parar. Y así nada se transforma. No recibimos "milagros" y vamos por la vida "culpando" al mundo, victimizándonos por todo.
Si queremos generar algo nuevo y que transforme verdaderamente nuestra vida, requerimos asumir la responsabilidad por todo. Requerimos convertirnos en responsables tanto de nuestra desdicha como de nuestra plenitud y alegría. Cuando nos hacemos responsables, encendemos el poder de la transformación. Somos nosotros mismos los que ganamos por esa acción de hacernos y ser responsables. Cuando finalmente logremos despertar y darnos cuenta de que nosotros somos la causa de nuestro propio CAOS y aceptemos genuinamente la dura realidad y conectemos con la realidad, nos elevaremos por encima de nuestro Yo de la dimensión del Ego y entraremos en contacto la dimensión de Integridad, la fuente de todas las transformaciones.
La INTEGRIDAD es todo aquello que genera una energía y vibración “limpia”, genuina, armoniosa, fresca y despejada que honra la vida.
La DES-INTEGRIDAD es todo aquello que genera una energía y vibración nociva, turbia, forzada, desarmonizada, tóxica y deshonra la vida.
Restricción
En momentos de "cuarentena" la práctica de la restricción representa una de las acciones de mayor valor e integridad del ser humano. La situación que estamos viviendo implica re-aprender a escapar de nuestras zonas de comodidad y placer y lanzarnos de cabeza a situaciones incómodas, porque es allí donde podemos aplicar más Restricción. Es cierto que el camino de la mayor Restricción produce dolor o incomodidad durante un tiempo, pero es la forma de lograr la satisfacción duradera.
Aunque parezca difícil, requerimos aceptar, en lugar de evitar los desafíos y los obstáculos. Son las verdaderas oportunidades y el camino más rápido hacia la transformación, el desarrollo y la máxima felicidad. Actualmente las personas tienden a elegir en la vida el camino de la menor Restricción. Buscan situaciones fáciles, cómodas y que solo les brinde placer. Pero mantenerse en la comodidad no genera integridad duradera.
El contexto de cuarentena nos enfrenta a muchas situaciones que requerimos restringir con la consecuencia de generar valor. Detener el impulso de ir a visitar a nietos o hijos o hijos a padres o visitas a amigos. Restringir el deseo de pasear o ir a clubes o centros deportivos. Personas que tuvieron que cancelar viajes e infinidad de actividades -alimentación desproporcionada, vida sedentaria- que nos generan placer y que requerimos restringir como acción responsable y que nos fortalece y dignifica.
Contenerse y resistirse
Requerimos diferenciar contenerse y resistirse. Hay una línea muy fina entre reprimir nuestras emociones y apagar nuestros sistemas reactivos. La Restricción, que es una decisión, crea una lucha momentánea, pero casi inmediatamente llega la calma y la claridad. Por otra parte, el reprimir las emociones genera estrés a largo plazo. Lentamente, las emociones reprimidas toman fuerza. La presión aumenta y al final ¡estallamos! Por ejemplo, si durante el actual "encierro" si alguien nos hace enfadar y aplicamos el concepto de la Restricción para evitar nuestra habitual respuesta precipitada, no hay rencor. No hay venganza en nuestros corazones, ni nos sentimos insultados ni heridos. Pero si sentimos algunas de esas cosas, si nos vemos atrapados en el drama del momento, significa que hemos fracasado en reconocer la oportunidad de transformación que nos brindaba la situación. Ésa es nuestra pista.
Al principio, el esfuerzo para restringirnos será una combinación de represión y auténtica Restricción. No hay problema, porque ese esfuerzo irá poco a poco eliminando capas de emociones reactivas. Los esfuerzos consistentes por hacer Restricción depurarán progresivamente los comporta-mientos imprudentes, los deseos egoístas y los pensa-mientos reactivos de la naturaleza que una situación extrema puede hacer que aumente y se expanda.
Reprimir y restringir
También requerimos diferenciar entre reprimir y restringir. Cuando restringimos la urgencia de reaccionar y creamos un espacio para que la energía de Integridad penetre en nuestro ser, esta energía tiene un efecto transformador y purificador en nuestra conciencia. Por ejemplo, el mero hecho de reprimir un ataque de ansiedad no eliminará el miedo profundo ni evitará que el ataque vuelva a generarse. Sin embargo, la Restricción cumplirá con este cometido porque cuando la aplicamos con la convicción y responsabilidad actuamos justo en la raíz del problema.
Es decir, tener la certeza de que nos estamos transformando de seres reactivos a seres pro activos para generar Integridad. Y esta Integridad iluminará la raíz oculta de nuestra ansiedad. Además también depurará y corregirá la causa y eliminará gradualmente el pánico de nuestras vidas. En la dimensión de la Integridad -en esa otra realidad- la des-integridad no tiene lugar. A través de la restricción podemos entrar en esa realidad para arrancar, purificar y erradicar la ansiedad de nuestro ser.
Inteligencia artificial y la comunicación virtual
La inteligencia artificial y la comunicación virtual vino para quedarse. Hasta ahora las instituciones y empresas, algunos profesionales y emprendedores incorporan el instrumento virtual como un complemento interesante para la tarea que desarrollan. El teletrabajo es cada vez más común y generalizado. Pero lo seguro es que a partir de la situación que el planeta está atravesando la situación será la vía central y en algunos casos excluyente de otras formas para desarrollar la tarea. La IA fue incorporado además para la diversión y el vínculo social en muchas familias. La situación de aisla-miento social pone en valor todos los instrumentos virtuales como casi la única forma de interrelación entre los seres humanos. La docencia, el coaching, las charlas educativas o entre amigos y colegas, las reuniones empresariales, el parlamento, la consulta médica, la consulta psicológica, la tarea escolar, las composiciones y expresiones artísticas, las compras de alimentos y medicamentos, los pagos de servicios, las transacciones financieras, las comunicaciones familiares...sería imposible listar todo lo que hoy se gestiona virtualmente, que además todos ya conocemos y las practicamos en nuestra cotidianidad.
Está claro también que la inteligencia artificial con todas sus variantes seguramente generará la sustitución de muchas profesiones y tareas que desaparecerán del mercado. Los sistemas educativo, empresas y los profesionales independientes tendrán que incorporar rápidamente nuevas habilidades para acompañar los nuevos tiempos marcado fuertemente por la separación, el aisla-miento, y la distancia social.
Una vez leída la nota y si le ves el valor sería interesante que puedas compartirla para generar lo que llamamos la "masa crítica" requerida para producir la transformación a nuevas formas de ser. No necesariamente requerimos contactar al 100 por ciento de una determinada población, con alcanzar la masa crítica es suficiente, gracias!!!
Daniel Corsino
No hay comentarios:
Publicar un comentario