Las palabras cargadas de emoción, repetidas con persistencia producen las creencias de la humanidad.
Los medios de comunicación monopolizan las palabras que llegan a millones de personas.
Y por esa razón las empresas gastan millones en publicidad porque la publicidad es sólo eso......palabras, emoción, imágenes y sonido que aumentan la carga emocional....y si lo hacen suficientes veces crearán un nuevo sistema de creencias en grandes masas de personas que comenzarán a creer y a comprar.
Porque lo que hacemos está controlado por lo que creemos.
El que da una limosna en la puerta de la Iglesia lo hace porque cree que así Dios lo aprobará.
Todos los comportamientos humanos están controlados por la palabra repetida, cargada de emoción por la modulación de la voz, y apoyada por lo visual y auditivo.
El control de las masas se hace por medio de palabras....pero no cualquier tipo de palabra....deben ser palabras cuidadosamente seleccionadas para producir el efecto deseado de la misma forma que un técnico de fútbol exitoso selecciona a los mejores futbolistas para integrar un equipo que arrasará con todas las copas y torneos.
La selección de los mejores hombres garantizará el éxito.
La selección de las mejores palabras asegurará el control de las masas.
La selección de los mejores alimentos otorgará salud infinita a las familias.
Por esa razón es tan importante el diálogo interno.
Si cambiamos nuestro diálogo interno cambiamos nuestra vida.
El diálogo interno de un fracasado es diferente del que tiene una persona exitosa.
El diálogo de un enfermo crónico es muy diferente del que tiene una persona con una gran salud.
El diálogo externo no podemos controlarlo tanto porque nos llega por algún modo, sobre todo cuando el gobierno está decidido a implantar una creencia en la población.
Pero podemos controlar el diálogo interno y debe ser de máxima calidad y poder sobre todo en estos tiempos donde los medios bombardean a la opinión pública del mundo para inmovilizar y confinar a 7000 millones de almas.
Y lo han logrado porque han desplegado hábilmente el uso de la palabra, las emociones apropiadas y la persistencia machacona hasta que la mayor parte de la gente ha sucumbido y ha creído.
Pero no son creencias que empoderen a nadie.
Porque para controlarlos deben debilitar su autoconfianza.
Y podrán venderles lo que sea al precio que ellos quieran.
-Martín Macedo-
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