domingo, 12 de abril de 2020

La adaptabilidad como cualidad humana

Querido lector o lectora, permíteme invitarte a una reflexión junto a mis amigos los colibríes. En febrero de 2018 decidí (ver Colibrí -1) que el colibrí fuera mi inspiración, mi compañero de viaje para reflexionar en compañía. Soy consciente de que en este momento todos los colibrís del mundo, todas las personas colibrí en el mundo, están ejerciendo la función para la que vinieron a este mundo: ayudar, proteger y colaborar para mantener y mejorar la naturaleza de la que formamos parte.

Lo voy a expresar en pasado: venimos de un mundo súper acelerado y complejo, muy por encima de lo que los humanos somos capaces de percibir y, mucho menos, de digerir; ahora se nos rompe la vasija y todo lo que queda son miedos e interrogantes. Quiero compartir una de las cualidades del ser humano poco desarrollada y analizada como es la adaptabilidad.

El título de este artículo comienza con el apasionante reto que me propuso una buena amiga la semana pasada: “Koldo, vamos a compartir lo que vamos a llamar “qué nuevo hemos descubierto hoy”. Me pareció un reto atractivo ya que te anima a observar, a reflexionar sobre los sentimientos, pensamientos y quehaceres del día a día. Estoy recordando los tres últimos días: 1- Las meditaciones de las 09.00h de la mañana, vía teleconferencia, con personas amigas y compañeras del entorno NER (Nuevo Estilo de Relaciones), de muy diversa procedencia. 2- El violonchelo como instrumento musical. 3- La palabra y significado del término ADAPTABILIDAD.


Hace un par de días participé, junto a un grupo de casi treinta personas, en un taller de Macrobiótica, también por teleconferencia, ya que no será posible reunirnos en Semana Santa. La Macrobiótica es una filosofía de vida, es una cultura con raíces milenarias que nace en el Extremo Oriente. En el espíritu de la Macrobiótica el punto ocho dice: “Lo último se convierte en lo primero, lo primero en lo último”. También, en el orden del Universo la primera ley dice: “Lo que empieza se termina”. Y para redondear algo tan necesario de comprender, en los Siete Principios, dos de ellos indican: “Todo cambia”, nada es constante en la vida y “Todo lo que tiene un principio tiene un final”. Este es el camino a la libertad y al aprendizaje, el no aferrase a nada ni a nadie, ya que todo cambia y todo termina. Como dice 
Pepe Mujica: “Camina ligero de equipaje”.

En este contexto, el conductor del taller, al que me refería más arriba, empleó el termino ADAPTABILIDAD en su necesidad de aplicación en situaciones de permanente cambio. No podemos aislarnos de las leyes del Universo, en el que somos una mota de polvo, y transitar como si no existiera nadie a nuestro alrededor. Estamos en la VIDA para VIVIRLA y GOZARLA con respeto y en armonía con el TODO. Estamos para vivir, como dice, de nuevo, Pepe Mujica a gritos: “VIVE LA VIDA, el tiempo se te va en trabajar para, después, comprar cachivaches. Y la vida se te escapa”. El bienestar tiene que ver con el consumir, la felicidad tiene que ver con el ser, con el sentir amor, paz y libertad.

Llevamos varias décadas en las que, incluso con numerosas acciones muy positivas para la humanidad, el saldo es negativo y en permanente descenso. Nos cautiva desproporcionadamente el tener sobre el ser.

Pasados unos meses terminará un ciclo y comenzará otro. Nada será igual. De manera que, como todo lo que nace, florecerá de nuevo, como la primavera que florece en este momento tras descansar en otoño e invierno, algo que los humanos no sabemos hacer en nuestro continuo movimiento destructivo, que no constructivo. Lo mismo ocurre cuando un bosque se incendia. En un corto tiempo todo es ceniza y oscuridad, pero en pocos meses, y en pocos años, surge un nuevo bosque con más especies, con mas diversidad, con menos sombras de los grandes árboles que no dejan penetrar la luz del sol, la luz de la vida para que surjan nuevas y vigorosas especies. Y tras ese trauma renace una mayor igualdad y vitalidad, renace un vigoroso bosque. Nuestra realidad indica que, tras este ciclo, surgirá una sociedad con una mayor equidad y una relación más igualitaria.

Es necesario interiorizar lo que está ocurriendo y evitar que el miedo y la incertidumbre se apodere de nuestros corazones. Fijémonos, repasemos; ahora tenemos tiempo: la vida de Nelson Mandela, de Viktor Franke, de Teresa de Calcuta, o la película “La vida es bella”. Son ejemplos de adaptabilidad y, al mismo tiempo, de evolución en situaciones extrema. No son seres únicos ni superiores, son parte de los millones de colibrís, de personas que cada día se adaptan a las nuevas necesidades. A lo largo de la historia todas las especies que no se han adaptado han desaparecido. La decisión está en nuestras manos.

La manera de evolucionar como persona y como sociedad es a base de experiencias que requieren de esfuerzo voluntario y no necesariamente de sufrimiento. Podemos pasar el desierto solos, lo que es muy complicado, aunque posible; o lo podemos cruzar unidos. El amor a la Humanidad, a la Tierra y al Universo es lo que nos tiene que unir y fortalecer.

La adaptabilidad, pensando que no queda más remedio que seguir caminando, es una habilidad que se empieza a valorar tanto o más que el cociente intelectual o emocional. Las personas en el futuro nuevo y complejo no serán solo valoradas por su pasado, por sus experiencias e incluso éxitos. Si queremos un nuevo paradigma necesitaremos ejercitar, en todo su potencial, los dones y habilidades que todas las personas traemos al nacer. Si vamos a necesitar navegar en mares desconocidos e impredecibles, si queremos construir una nueva realidad, tendremos que decidir y compartir en cada momento, tendremos que ser conductores y conductoras de la inevitabilidad de los acontecimientos que se vayan presentando.

La realidad es que este nuevo paradigma se nos presenta a todas las personas y organizaciones que hoy habitamos la Tierra. Desde lo personal y familiar, grupos, organizaciones o gobiernos estamos abocados a más cambios que nunca en la historia. Esto nos lleva a tener que desaprender, a poner en duda muchos de nuestros conocimientos, de nuestras practicas diarias, de nuestras rutinas, a tener que limpiar parte de los discos que guardamos en nuestro cerebro e introducir nuevos conocimientos, es decir, practicar nuevas experiencias. Esto solo se logra desde un convencimiento interno y si, realmente, queremos ser los conductores de nuestra vida.

Leía estos días que Gandhi en su biografía dejo escrito: “Debo de reducirme a cero”. Otro gran ejemplo de adaptabilidad. Tenemos que explorar nuevas formas de ser, y no explotar para tener. Es decir, tenemos que desarrollar la imaginación, que es el motor del conocimiento, de la sabiduría y, por tanto, de la libertad, entendiendo por libertad la libertad de espíritu. El miedo solo es la ausencia de libertad.

Permíteme, querido lector o lectora, que te invite a enfrentarte a este nuevo amanecer todas juntas, a no esperar a que nos repartan la cosecha para seguir viviendo. Desde la parte política, también tendrán que estar a la altura que se les demande o desde lo que llaman economía. Te invito a ser actores y actoras de la revitalización de un nuevo mundo. De personas para personas, que seamos arte y parte del qué y el cómo de la siembra y, por tanto, del reparto de la cosecha; y que recibamos los aplausos de la política y la economía, ya que sin nuestra participación nada de esto es posible. Podemos ser protagonistas de nuestra vida y no títeres en otras manos.

Fijémonos en el colibrí; si el bosque se quema, en lugar de correr y querer salvarnos cada uno a su manera, vamos a poner nuestra gota de agua para salvarlo y regenerarlo lo antes posible entre todas las personas.

En K2K Emocionando, y en todas las organizaciones NER, estamos tomando los siguientes compromisos:
  • No vamos a dejar a ninguna persona atrás en esta crisis.
  • Nos reafirmamos en la fórmula de éxito de poner a la persona en el centro, enfocados en el cliente y en la eficiencia económica.
  • Vamos a trabajar desde lo colectivo. Queremos caminar y llegar juntos y juntas.
  • Vamos a profundizar en la autogestión de nuestras organizaciones.
Esta es nuestra manera de ser y de hacer. 

Koldo Saratxaga

No hay comentarios:

Publicar un comentario