martes, 14 de abril de 2020

“Esto nos lleva a darnos cuenta de que somos humanidad"



Humberto Maturana y Ximena Dávila en noviembre de 2019, para la publicación de Historia de nuestro vivir cotidiano. El biólogo y la especialista en biología cultural Ximena Dávila, cofundadores de la escuela Matríztica, dicen que la crisis puede inspirar una convivencia basada en la colaboración y la honestidad.

El domingo pasado, Humberto Maturana desafió la cuarentena. Junto con Ximena Dávila, cofundadora de la escuela Matríztica, ofrecieron el seminario Pandemia Reflexiva. Gracias a la tecnología, sortearon virtualmente el aislamiento y se contactaron en forma directa con 5.000 mil personas. Junto con la rápida expansión del virus, el rol de las tecnologías acaso sea lo que distinga a este momento de otras epidemias, como la tuberculosis que contagió al eminente biólogo a los 12 años.

“Estamos no solo en un presente histórico particular, sino que, además, estamos humanizados por la referencia a la tecnología, que nos permite estar conversando a grandes distancias”, dice el premio nacional de Ciencias, de 91 años, a través del teléfono. “Ahora va a depender de qué queremos hacer con la tecnología en las circunstancias que estamos viviendo: podemos conversar para ponernos de acuerdo o podemos conversar para pelearnos. Esto nos lleva a darnos cuenta de que somos humanidad, no somos seres aislados, por lo tanto, tal vez nos pueda inspirar a un vivir de conversaciones para colaborar y en el deseo de convivir en forma honesta”, dice.

Doctor en Biología de Harvard y académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, Maturana publicó el año pasado Historia de nuestro vivir cotidiano, en coautoría con Ximena Dávila. Ahora responden a esta conversación juntos, con las limitaciones de la cuarentena, que en todo caso no complican al autor de El sentido de lo humano.

“Si entendemos la legitimidad de la cuarentena, no tenemos problemas con ella. A mí no me limita mi libertad, porque mi libertad no depende de las restricciones, porque yo entiendo perfectamente el valor de la cuarentena”, dice.

¿El combate con el virus podría calificarse como una guerra? ¿El virus es un enemigo?

HM: ¿Qué es un enemigo? Es un agresor que nos ataca directamente a nosotros, intencionalmente; es un suceder diferente que aparece allí y que no es coherente con la forma en que queremos vivir. No podemos tratar a la pandemia como un enemigo. Tenemos que entender que la única forma de deshacernos de ella no es destruyéndola, sino generando la distancia que la evita.

¿El virus tiene inteligencia?

HM: No, el virus no es inteligente, no tiene inteligencia, no tiene propósito. El virus encuentra una célula, se mete adentro y la célula produce más virus. La inteligencia consciente implica intencionalidad y el virus no la tiene. Somos nosotros los que tenemos que ser inteligentes para entender cómo opera la presencia del virus, no desde la intención sino desde sus características. Y para entender qué nos pasa y cómo resolvemos eso entre nosotros, tenemos que ponernos de acuerdo para que el virus deje de estar presente generando desarmonizaciones en la vida.

XD: Yo entiendo que se lo distingue como inteligente porque es silencioso, se reproduce, es plástico. Pero es el observador el que le achaca inteligencia.

¿Qué piensa de las medidas adoptadas por el gobierno?

HM: Están bien, todas están destinadas a suprimir el flujo de contagios. Es la única acción que puede llevarnos a que esto desaparezca. No tenemos un remedio ni un anticuerpo, no tenemos nada para sacar al virus. Lo único que podemos hacer es generar una distancia entre el virus y nosotros, de tal manera que no nos toque y así desaparezca. Y eso es lo que está haciendo el gobierno con la cuarentena, creando una situación en la cual el virus deja de contagiar. Y de este modo, desaparece. Toda epidemia se combate de esa manera.

Hay quienes plantearon aislar todo Santiago...

HM: No se trata de paralizarlo todo, tiene que haber flujo de alimentos, flujo laboral. El país tiene que seguir funcionando. La cuarentena no significa que el país se detiene. Pero como hay cosas que se detienen porque las personas no pueden salir, tenemos que organizarnos de otra manera para que no se detenga la dinámica de organización de la vida cotidiana. Si no, nos morimos todos: nos morimos de hambre o de otra manera.

XD: Esas personas tienen poca mirada sistémica. Yo puedo ir y comprar mercadería para dos meses, ¿pero lo pueden hacer todas las personas?

¿Cuál es la responsabilidad que nos cabe en esta crisis?

XD: La responsabilidad que tenemos se relaciona con nuestra forma de vida, cómo nuestro modo de vivir nos desarmoniza y desarmoniza el entorno en el que vivimos. Todos eso va no solo para el Covid-19 sino también para otros virus.

HM: Esta situación tiene que llevarnos a entendernos y a generar espacios de colaboración para que esto desaparezca. El virus no está orientado hacia nosotros de manera negativa. Él hace lo suyo: entra en la célula y la célula produce más virus, eso es todo. Y en ese proceso el organismo se desarmoniza. Hay que evitar que el virus siga dando vueltas para poder recuperar la armonía.

Compartir y colaborar

De niña, la madre de Humberto Maturana vivió en una comunidad aimara. Cuando era ya mayor, él le preguntó qué era lo que más había aprendido allí: “A compartir y colaborar”, fue su respuesta. “Eso quiere decir que hay culturas en las cuales lo central es la colaboración. Nosotros podemos vivir así, a no ser que se nos meta la ambición, la envidia, el deseo de destruir al otro. No podemos tener una convivencia armónica si no estamos dispuestos a convivir en el respeto común, la colaboración y la honestidad”, afirma.

¿La epidemia ha favorecido la solidaridad?

XD: Para mí esta pandemia nos lleva al corazón del dolor humano. Cuando algo te toca a ti en tu vivir, uno despierta. Cuando está cerca de uno, hace un cambio brutal. Lo que ha hecho este dolor que viene empaquetado en pandemia es que nos miremos al espejo.

HM: Lo importante es que seamos capaces de mirarnos. El virus no nos obliga a mirarnos, incluso puede pasar que nos rechacemos. Lo interesante es que tengamos la sensibilidad de mirarnos y darnos cuenta de que llegó el momento de escucharnos, que las quejas que teníamos sobre la convivencia son verdaderas. Que en el fondo no estamos haciendo lo que quisiéramos hacer, porque no estamos generando bienestar en la convivencia.

Ustedes plantean una convivencia basada en la colaboración en lugar de la competencia, ¿esta crisis podría brindar la oportunidad de hacer un cambio en esa dirección?

XD: Sería maravilloso. Ayer nos llamaba un amigo de Brasil y nos decía que nosotros hace más de 20 años tenemos la misma narrativa, y ahora es la gran oportunidad.

HM: Si compites, tienes que anular al otro para hacer lo tuyo. El neoliberalismo mete el concepto de la competencia y es contrario al respeto y la colaboración. Competir es negar al otro, y lo niego desde mí, no desde la naturaleza o de la calidad del hacer.

¿Han sentido temor?

HM: El tema es delicado, pero si uno sabe lo que tiene que hacer, no tengo nada que temer. Tengo que moverme en la tangente relacional en la cual evito los contagios.

XD: Estamos bien, preocupados de no contaminarnos y que no se contamine la gente que queremos.

¿Son optimistas respecto de la resolución de esta crisis?

XD: Tenemos dos caminos, o cambiamos nuestra mirada y seguimos adelante o la humanidad se termina.

HM: Preferimos seguir adelante con otra mirada, por lo tanto, colaboramos para que esto se detenga.

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