“No es lo que entra por tu boca lo que contamina, sino lo que de tu boca sale, porque de tu corazón procede”
Pon mucha atención en todo lo que decretas en 1 día. Siempre dices: “el trabajo está insoportable", “no tengo dinero”, “el tráfico es asqueroso”, “voy a esconder mi celular por que me lo van a robar”, “tápate que te vas a enfermar”, “tengo muy mala suerte”, “no voy a comer eso por que me hace daño”, “tengo mala memoria”, “todos los días tengo dolor de cabeza”, etc....
No te sorprenda, ni te quejes si al expresarlo, lo ves ocurrir, lo has decretado! Has dado la orden que tiene que ser cumplida. Ahora recuerda y no lo olvides jamás, cada palabra que pronuncias es un decreto positivo o negativo.
Si es positivo (me veo muy guapa) se te manifiesta para bien.
Si es negativo (estoy muy gorda) se te manifiesta para mal.
Si es contra el “prójimo” es lo mismo que si estuvieras decretándotelo para ti misma. {SE TE DEVUELVE].
Cuando te pase algo negativo simplemente recuerda en qué término te expresaste, en qué momento salió de tu corazón un concepto viejito arraigado ahí, que debes de dejar de decretar cómo los que ya mencionamos.
El temor está en todas nuestras frases negativas.
Fíjate en qué frases negativas dices al día.
Trabaja en ellas, las guardas en tu subconsciente desde hace mucho tiempo y sabrás a qué clase de sentimiento obedecen.Si no quieres seguir manifestándolas, “bórralas negándolas” al poco tiempo de ésta práctica notarás que tú hablar y decretar es otro. Estarás renovando tu mente.
Decreta: “no lo acepto para mi” estás afirmando la verdad!
"Cada persona es una Creación Perfecta"
Gitana
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