La repetición crea la fuerza.
Cuanto más veces dices una palabra mejor la pronuncias.
Cuando quieres recordar un número telefónico lo repites hasta que su registro se hace fuerte en tu memoria.
Si en vez de usar el ascensor subes por la escalera.
Tus piernas se harán fuertes y también tu voluntad.
Si lo haces durante un mes crearás una nueva fuerza.
Pero si lo haces durante 30 años crearás la voluntad de un titán.
Porque la repetición crea el hábito y el hábito crea el destino.
Hay dos tipos de hábitos.
Hábitos inconscientes.
Hábitos conscientes.
Los hábitos tóxicos crean una fuerza tóxica.
Que aumenta con la cantidad de repeticiones.
Si fumas 1000 cigarros te contaminas las vías aéreas.
Pero si fumas 10 millones de cigarros.
Crearás una fuerza destructiva extremadamente poderosa.
Una fuerza tóxica.
Los buenos hábitos crean salud.
Los hábitos conscientes crean una fuerza positiva, constructiva.
Decide qué habilidad deseas desarrollar.
Y mediante el entrena-miento, crea una habilidad infinita.
Cuando practicamos artes marciales, nos entrenamos y repetimos las mismas técnicas, los mismos movimientos cientos, miles de veces.
La diferencia entre un practicante avanzado y un gran maestro está en la cantidad de repeticiones y en la pasión que pone en cada golpe, en cada patada, en cada bloqueo.
Cuando te dedicas a algo que no te gusta tendrás que hacer cada día actividades que no te dan placer.
Tu habilidad aumentará pero tu felicidad no.
Lo haces por dinero no por amor.
Pero si te dedicas a lo que amas.
Cada día es una delicia.
Tu habilidad aumentará gozando del proceso.
Y la pasión surgirá espontáneamente.
Y con el tiempo serás un maestro en el oficio que amas.
Tu habilidad será tan fuerte.
Tu auto-confianza será tan grande.
Tu objetivo tan bien focalizado.
Que el éxito será inevitable.
-Martín Macedo-
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