domingo, 19 de julio de 2020

El alimento está detrás de esas decisiones

Mahatma Gandhi fue el campeón mundial de la no violencia.
Su madre era una mujer muy religiosa y observaba continuamente el vegetarianismo, además de practicar el ayuno regularmente.
Su ejemplo ayudó a forjar el sólido carácter de Gandhi que también creía firmemente en la no violencia en la nutrición.
En su autobiografía comparte su convicción de que la dieta ideal debía basarse en frutas crudas y nueces.
Pero con el tiempo esta práctica le trajo una profunda debilidad física.
Y lo que hizo para mejorar su estado sin quebrar sus convicciones de no violencia fue agregar un poco de leche a su dieta.
La dieta de Gandhi carecía por completo de elementos yang.
Pero no son tan necesarios en el calor abrasador de la India.
Naturalmente que las soluciones a los grandes problemas sociales y políticos que tuvo que enfrentar estaban influenciados por su nutrición tan yin.
Un hombre nutrido con frutas y nueces ideó una solución yin para liberar a la India del dominio del imperio británico.
Logró convencer a millones de sus compatriotas que desobedecieran las injustas leyes británicas.
Debían aceptar los golpes y la violencia de las armas sin responder.
Sólo aguantar sus golpes hasta que ellos quedaran en evidencia como bárbaros y brutales.
Sólo un gran carácter como el de Gandhi logró que millones de hombres y mujeres adoptaran esa postura frente a la violencia de los británicos.
En un mundo dual siempre hay dos caminos para llegar al mismo objetivo.
Hay un camino yang para liberar a la India (la guerra) y un camino yin como el ideado por Mohandas Gandhi.
Y la forma de encontrar las soluciones a los problemas depende de la forma básica de nutrirse.
Los que se nutren de una forma yin hallarán vías opuestas a las que hallan los que se nutren de una forma yang.
Esto se puede ver claramente en la forma de resolver el problema del cáncer.
Las personas que se nutren básicamente de derivados animales buscarán estrategias basadas en la guerra contra las células malignas.
Y creerán con todas sus fuerzas que esa es la mejor solución y presionarán al enfermo y a su familia para que adopten cuanto antes sus métodos .
Pero los terapeutas nutridos básicamente de alimento vegetal, intentarán alcanzar la cura sin necesidad de violencia.
Solamente mejorando la nutrición del sistema inmune y limpiando al cuerpo de tóxicos dietéticos y emocionales.
Y así los tumores se van sin necesidad de violencia.
Hay una solución pacífica (yin) y una solución violenta (yang) para resolver cualquier problema.
La nutrición yang se inclina por las soluciones drásticas.
La nutrición yin intentará crear paz en el sistema orgánico.
Por esa razón es muy importante considerar cómo se nutre un médico antes de aceptar sus recomendaciones terapéuticas.
Porque no es él quien toma las decisiones, sino el alimento que está detrás de esas decisiones.

-Martín Macedo-

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