viernes, 10 de julio de 2020

La semilla debe morir para convertirse en árbol

La semilla debe morir para convertirse en árbol.
El invierno debe morir para convertirse en primavera.
La semilla es sacrificada para poder cambiar de estado.
La palabra sacrificio proviene del latìn y no necesariamente significa “animales muertos en un altar”: significa “sacro” + “facere” o sea hacer sagrado.
Pero en definitiva se refiere a un cambio de estado.
Si vivimos en la ciudad y queremos irnos a vivir al campo, el estado de “citadino” es sacrificado en favor del estado “rural”.
El estado enfermizo en favor del saludable.
El estado físico precario en un excelente estado físico.
Para cambiar de estado, para llegar a donde realmente deseamos haremos los sacrificios necesarios.
Pero muchos quieren acceder a una vida más grande y próspera sin sacrificios.
La mayor parte de las personas cuando están enfermas buscan una cura y buscan la menos “sacrificada”.
Probaran la homeopatía, las hierbas, el reiki, el crudismo y si nada funciona entonces recién ahì consideran la posibilidad de optar por caminos más “duros”.
Pero dieron un rodeo innecesario, un tiempo perdido por no comprender que no se puede estar en dos estados opuestos al mismo tiempo.
Algunas personas con problemas ontológicos o artritis pretenden curarse tomando diòxido de cloro.
No hay ningún sacrificio...sòlo tomar unas gotas...como ocurre con algunas homeopatías.
Cero sacrificio...solo abrir la boca y dejar caer unas gotas medicinales.
No hay cambios profundos ni en la forma de pensar, ni en la dieta, ni en la forma de vivir, ni con antiguos conflictos sin resolver que siguen allí.
La gente tiene una idea negativa de la palabra sacrificio..como dolor, sangre, sufrimiento...entonces rechazan la idea.
Cuando cumplimos 40 años, los 39 fueron sacrificados por los 40.
Los 39 ya han muerto completamente y nunca regresaran.
Pero podemos regresar a los antiguos hábitos tóxicos si no hay una transformación de la mente.
Hace poco una amiga que inicio una dieta saludable me contó sus experiencias con sus amigas.
Los sebados se reúnen en el centro de Valencia para tomar cerveza.
Ella “tuvo”que tomar porque todas tomaban…..y yo le dije pero ¿por qué no pediste un zumo de naranja?
Es que todas tomaban cerveza y no quise crear una situación incómoda.
Entonces ella no quiere sacrificar sus hábitos antiguos; le encanta la cerveza y encontró en la vida social la excusa perfecta para regresar al estado anterior.
Al otro día tenia la cara hinchada y me pidió un remedio macrobiótico para combatir la inflamación.
Es como el que se casa y sigue teniendo aventuras.
Vivirá en un infierno porque no será feliz en ninguno de los estados.
No sacrifica su estado anterior por el actual; no comprende que debe dejar el piso para poder volar en las nubes.
Los viejos hábitos deben ser sacrificados para acceder a la salud infinita.
Es una sabia y profunda decisión.
Y por eso hay muy pocos macrobiòticos que gozan de una salud infinita.
Son como gallinas que aletean y cacarean pero no consiguen volar mas que unos pocos centímetros alegando que es muy difícil porque va contra su concepto de libertad.

-Martín Macedo-

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