lunes, 11 de marzo de 2019

La muerte de un emperador que no se atrevió a asumir su grandeza.


Hoy te invito a que tomes una importante decisión.
La vida es corta y si no te decides hoy puede que lo lamentes en el futuro.
La mayor parte de las personas no es feliz porque no se decide a serlo.
No se la juega.
No quiere correr riesgos.
Ni quiere abandonar la zona de confort.
Estamos un tiempo en esta vida física y luego partiremos.
Y nuestras experiencias dependen de nuestras decisiones.
No se puede ser rico y ser pobre al mismo tiempo.
Aquí en esta vida experimentarás la pobreza o la riqueza.
Debes elegir y asumir los riesgos de tu decisión.
Nadie elige la pobreza, excepto un puñado de místicos que disfrutan de la vida contemplativa en una gruta oscura y mendigando sobras de comida para no morir de hambre.
Entonces vamos a elegir ser ricos.
Pero a muchos esa idea les atemoriza.
Nos han inculcado que los ricos no entrarán al Reino de los Cielos.
Nos han enseñado que los que tienen mucho dinero es porque han estado involucrados en asuntos turbios.
Que desear tener mucho dinero es de personas materialistas y superficiales.
Que el dinero corrompe a la gente y tienen un final trágico.
Que si tienes mucho otros envidiarán tu "suerte" y tratarán de engañarte o hacerte tropezar.
O que incluso pueden secuestrarte debido a que eres millonario.
Entonces no elijo la pobreza.
Ni elijo la riqueza.
¿Entonces qué elijo?
Me quedo en un limbo.
En un estado de indecisión permanente.
Deseas la abundancia pero le temes.
Entonces la vida pasa y llegas al final de tu vida.
Y como no has elegido ser rico has tenido que vivir en la carencia, en la necesidad y con muchas dificultades para satisfacer tus "necesidades" básicas.
Te quedaste con ganas de viajar.
No pudiste comprar la casa de tus sueños.
Ni regalarle un curso de post grado a tu sobrino favorito.
La riqueza es siempre un estado mental antes de que puedas tocarla.
La pobreza también.
Es un tema de energías.
La energía se polariza: yin - yang.
Si le temes al yin te irás hacia el yang.
Si le temes al yang te irás hacia el yin.
Los que le temen a la sal marina se vuelven muy yin...siempre débiles y enfermos.
Los que le temen a los dulces y a las harinas se vuelven obsesivos y nunca serán libres.
Se aislarán del mundo para no caer en la tentación.
Si eliges ser rico la riqueza llegará, si la visualizas y actúas con generosidad y grandeza.
Pero si no te decides vivirás pobre y morirás pobre.
Y los seres que más amas deberán pagar tu funeral.
Y ese será tu último regalo.
La muerte de un emperador que no se atrevió a asumir su grandeza.


-Martín Macedo-

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