Requerimos tomar consciencia de que la emoción es la clave, es la que nos permite vivir, es el motor. Nuestro cerebro canaliza las emociones gracias al cerebro emocional, es como un cerebro dentro del cerebro. Este cerebro cuenta con una arquitectura distinta, con una organización celular diferente, e incluso propiedades bioquímicas distintas del resto del neocórtex. Este cerebro emocional suele funcional independientemente del neocórtex.
El cerebro emocional controla todo lo que rige el bienestar psicológico y una gran parte de la biología del cuerpo. Los desórdenes emocionales son consecuencia de las disfunciones de este cerebro. Estas disfunciones tienen su origen en experiencias dolorosas vividas en el pasado y sin relación con el presente, pero que se hallan impresas de manera imborrable en el cerebro emocional. Estas experiencias acostumbran a controlar nuestras percepciones, incluso varias décadas después.
La tarea del psicoterapeuta es reprogramar el cerebro emocional de manera que se adapte al presente en lugar de continuar reaccionando a situaciones del pasado. Para ello, hemos de olvidarnos de utilizar enfoques donde la razón y el lenguaje sean los protagonistas, porque estos son muy poco permeables. Hay que utilizar métodos que nos lleven al cuerpo y que tengan influencia directa sobre el cerebro emocional.
Estos métodos de trata-miento, activan los mecanismos naturales de autocuración, capacidades innatas que recuperan el equilibrio y el bienestar. El objetivo de la biodescodificación, es que el paciente se haga consciente de estas emociones ocultas por razones educativas, culturales, religiosas, tabús, etc. Por lo tanto, la biodescodificación desarrolla la aptitud para identificar, regular tu propio estado emocional y el de los demás, así como la aptitud de comprender el desarrollo natural de las emociones.
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