Si eres capaz de sostenerte sobre tus pies.
Eres un triunfador.
Si tu corazón está bombeando sangre ahora mismo.
Eres un triunfador.
La gente divide a los hombres en dos grupos.
Los fracasados y los triunfadores.
Pero si estás respirando ahora mismo eres un triunfador.
Eres el descendiente de una larga cadena de triunfadores.
Un pequeño espermatozoide tuvo que vencer a 800 millones de rivales para fertilizar al mejor óvulo de tu madre.
Y te desarrollaste de una forma milagrosa y luego decidiste nacer.
Y ahora estás caminando por este mundo.
Puedes hacer lo que quieras.
Puedes hacer más que Gandhi, más que Einstein, más que Kennedy.
Llevas la semilla del triunfo en tu corazón.
Y estás sediento de gloria.
¿Entonces por qué estás pasando necesidades?
¿Por qué no estás viviendo la vida de tus sueños?
¿Por qué te quejas de lo dura que es la supervivencia?
¿Y por qué tienes una salud miserable?
Es porque todavía no has comprendido quién eres.
No triunfas porque no te decides a triunfar.
No tienes claro lo que quieres.
Gandhi lo tenía claro.
Kennedy lo tenía claro.
Mike Tyson lo tenía claro.
Ellos tomaron la decisión de ser grandes.
Y se pusieron a trabajar en ello.
Y persistieron con una inquebrantable voluntad.
Arriesgaron sus vidas para lograr sus sueños.
Pero tú no sabes lo que quieres.
No te decides.
No intentas nada.
Todavía lo estás pensando.
Quieres caminar sobre suelo seguro.
Y lo sigues pensando.
Sólo decídete.
Usa lo que tienes.
Decídete a triunfar o a morir en el intento.
Eres un triunfador que no se decide a triunfar.
Entonces tu problema no es la falta de talento.
Sino la falta de decisión.
No quieres salir de la zona de confort.
Allí estás muy seguro.
Contemplando cómo otros se arriesgan e intentan sus sueños.
Ellos están viviendo sus vidas.
Mientras tú lo sigues pensando.
- Martin Macedo-
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