sábado, 30 de marzo de 2019

La verdad nos encamina hacia la libertad

Vivimos en medio de una abundancia de información.
También en medio de una abundancia de alimentos.
Si no tenemos un cierto control sobre la cantidad y calidad de los alimentos podemos fácilmente intoxicarnos.
Lo mismo ocurre con la información.
La gente quiere mejorar su salud y busca información en Internet.
Pero no todo lo que se publica tiene calidad.
Hay muchas mentiras en Internet.
Es algo que debemos aceptar.
No puede existir la verdad sin la mentira.
Ambas tienen un papel que jugar en nuestras vidas.
La verdad nos encamina hacia la libertad.
Y la falsa información nos pone a prueba, nos obliga a profundizar, a estudiar, a cuestionar lo que todos creen.
Recientemente me preguntaron sobre al vitamina B12 y cité varias fuentes como el alga nori que la contiene en cantidad.
Pero varios informes científicos afirman que se trata de un análogo de la vitamina B12 y por lo tanto no tiene acción biológica.
Otras autoridades afirman que las algas proveen una vitamina de mucha calidad.
Creo que la controversia seguirá durante muchos años.
Mientras tanto los veganos estamos en peligro.
Incluso dicen otros expertos, los ovolactovegetarianos también tienen carencias porque los lácteos y huevos no la tienen en las cantidades suficientes.
Estos informes que atemorizan a los lectores nos llevan a la siguiente conclusión: " no vale la pena arriesgarse a tener una carencia .....supleméntese con cianocobalamina (B12) que es barata y se puede comprar on line".
Cada frasco cuesta unos 10 euros y si millones muerden el anzuelo podremos entender el porqué hay tantos informes advirtiendo contra las carencias de B12.
En la medida que millones de personas disminuyen la ingesta de carne animal por razones de salud o filosóficas, la industria de las vitaminas de síntesis aprovecha para aumentar sus ganancias.
Y para ello emplean el miedo como el motor de sus ventas.
Pero la B12 no la fabrican ni los animales ni los vegetales.
La sintetizan bacterias que viven en los órganos digestivos de los animales y también en la tierra.
Cuando los animales están en buena salud tienen una flora bacteriana rica y activa y sintetizan toda la B12 que necesitan.
Y ésta se acumula en los tejidos y sobre todo en el hígado.
Si nuestra flora es sana también creamos nuestra propia B12.
Por ello necesitamos tomar alimentos fermentados como el misso o el chucrut que contienen muchas bacterias que la sintetizan una vez que se establecen en nuestros intestinos.
Pero si el misso o el tamari està pasteurizado las bacterias se mueren y no sirve.
Los que no confían aún en la calidad de su flora pueden tomar temporalmente suplementos o continuar ingiriendo pequeñas cantidades de pescado mientras avanzan hacia la gran salud.
Y cuando lleguen lo sabrán.
Porque habrá desaparecido todo rastro de temor.
Y ese es a mi juicio el signo más fuerte de la salud infinita.


-Martín Macedo-

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