lunes, 18 de marzo de 2019

Tu alma infinita no puede encerrarse para siempre


Muchas personas están intentando la cura por medios naturales.

Muchos lo tratan de lograr mediante la nutrición.
Se compran una olla a presión y toman clases de cocina.
Algunos practican con gran tenacidad durante años.
Pero no consiguen experimentar la salud infinita.
Esto es debido a que aún tienen miedo.
Tienen miedo de abrir la pequeña ventana.
Si la abren tal vez entre frío o algún insecto volador.
O incluso un ladrón que les podría robar sus joyas.
Pero tarde o temprano deberás abrir la pequeña ventana.
De lo contrario el aire se enviciará y no podrás respirar más.
Cuando se abre la pequeña ventana podremos contemplar la vida infinita.
Lo que ves es lo que tú eres.
Porque tú eres la vida infinita.
Tienes energía infinita porque eres la vida infinita.
Eso es la salud en su más alta expresión.
No hay cansancio ni enfermedad, ni depresión ni gripe ni resfriados.
Cuando asumes tu dimensión infinita se acaban los límites.
Podrás tener lo que quieras.
Todo el dinero que quieras.
Toda la felicidad que quieras.
Todas las experiencias que quieras.
Pero mientras tengas miedo de abrir la pequeña ventana, tendrás que vivir en la prisión de tu estrecha vivienda.
La pequeña ventana hacia lo infinito es el presente.
Es más fácil vivir en el pasado o en el futuro porque son enormes.
Y tu identidad depende de ellos.
Pero cuando abres la ventana y penetras en lo infinito ya no tienes más pasado ni tampoco un futuro.
Y eso a tu mente le aterra.
Y por eso prefieres quedarte con una salud regular.
Un éxito regular.
Una relación regular.
Una casa regular.
Y una jubilación regular.
Pero algún día morirás y tendrás que atravesar la pequeña ventana.
Porque tu alma infinita no puede encerrarse para siempre.

-Martín Macedo-

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