Toda creación comienza con un pensamiento. Cuando nos damos cuenta de que no tenemos algo que queremos, naturalmente experimentamos la emoción de la carencia por no tener lo que deseamos. Así es como empezamos a crear a través de nuestra imaginación. Es nuestra natural e innata propensión a ser creadores en acción. Cuanto más pensamos en estas cosas e imaginamos lo que sería tenerlas, más nuestro cerebro comienza a crear de forma natural imágenes de cómo podría ser nuestro futuro. Esto es lo que significa soñar el sueño del futuro.
Este proceso comienza en el lóbulo frontal, el centro creativo del cerebro. Cuando se enciende, comienza a reclutar circuitos del resto del cerebro que están relacionados con cosas que hemos aprendido y/o experimentado en nuestras vidas. Como resultado, nuestro cerebro comienza a activar nuevas secuencias, patrones y combinaciones. Cada vez que hacemos esto, no sólo estamos cambiando nuestra mente -porque la mente es el cerebro en acción-, sino que estamos comenzando a cambiar nuestro cerebro.
Si seguimos pensando en hacer realidad ese futuro, naturalmente comenzamos a insertarnos en la escena de nuestro futuro. De acuerdo con la investigación sobre ensayos mentales, una vez que nos sumergimos en esa escena, los cambios comienzan a tener lugar en nuestro cerebro. Por lo tanto, cada vez que hacemos esto, estamos estableciendo nuevas vías neurológicas (en el momento presente) que literalmente cambian nuestro cerebro para que parezca el cerebro de nuestro futuro. En otras palabras, nuestro cerebro empieza a parecerse como si el futuro que queremos crear ya ha ocurrido.
Si estamos realmente comprometidos con pasión en este proceso, podríamos empezar a experimentar emocionalmente nuestro futuro sólo con el pensamiento. De hecho, cuando sentimos las emociones de nuestro futuro – ya sea gratitud, alegría, libertad, abundancia, entusiasmo, amor, etc. – los pensamientos creativos en nuestra mente pueden convertirse en la experiencia. A medida que el cuerpo recibe las señales químicas de estas emociones, esencialmente el cuerpo está recibiendo la señal de que el evento ya ha ocurrido. Si las últimas investigaciones sobre epigenética nos dicen que el entorno activa al gen, y el producto final de una experiencia en el entorno es una emoción, a medida que abrazamos la emoción por delante del entorno, estamos activando el gen por delante del entorno.
Ya que los genes hacen proteínas y las proteínas son responsables de la estructura y función del cuerpo, si se hace apropiadamente cosechamos los resultados físicos de estas acciones y comenzamos a encarnar nuestro futuro antes de que se manifieste. En cierto sentido, estamos biológicamente encarnando nuestro sueño.
No importa lo que estemos tratando de crear en nuestras vidas, ya sea una relación, un trabajo, una casa, salud, una mente tranquila, o un corazón en paz. Al pensar en esas cosas y desearlas, podemos saber lo que queremos en nuestros pensamientos, sin embargo, muchas veces lo sentimos como carencia. Eso es porque estamos condicionados a vivir en un mundo tridimensional y queremos gratificación inmediata o alivio de esa carencia. En otras palabras, si no conseguimos lo que queremos de inmediato, el hecho de no sentirlo con nuestros sentidos refuerza la ausencia de no tenerlo.
Aquí está nuestro mayor reto como creadores. La carencia que vivimos cada día cuando notamos que no ha sucedido todavía, nos hace sentirnos separados de nuestros sueños y ya no creemos más en nuestro futuro. Eso es porque estamos de vuelta en las emociones de nuestro pasado, y no podemos vislumbrar nuestro futuro mirando a través de la ventana de nuestro pasado. Cuando vivimos en la carencia, mientras que a la vez estamos creando nuestro futuro, con el tiempo dejamos de crear y esperamos que algo fuera de nosotros nos quite la carencia que sentimos dentro de nosotros. Pero es justamente esa carencia lo que mantiene nuestros sueños a distancia.
Pero ¿qué pasaría si vivieras cada día de acuerdo con las emociones de tu futuro? Sentirías que tu futuro ya ha sucedido, y que es menos probable que estés separado de tus sueños. Así es como creemos en un futuro que aún no hemos experimentado con nuestros sentidos, pero lo mantenemos vivo en nuestra mente y cuerpo.