"Y conocerás la verdad y la verdad os hará libres".
Evangelio de Juan, capítulo 8, versículo 32.
La verdad nos libera.
¿De qué nos libera la verdad?
Del cáncer.
De la hipertensión.
De las enfermedades neurológicas.
Como estamos en un mundo de verdades y mentiras, a veces se confunden.
Quienes tienen estas enfermedades aún no conocen la verdad.
Y si quienes las tratan no consiguen curarlas es porque tampoco conocen la verdad.
Han creído en mentiras y para ellos esas mentiras son la verdad.
Las han repetido tantas veces que terminan creyendo en ellas.
La macrobiótica tiene una poderosa verdad para el mundo.
A muchos les molesta la verdad macrobiótica.
No desean admitir su gran error.
Prefieren seguir en el error que admitir su equivocación.
Aunque ello implique la infelicidad de miles de personas.
Al ego le molesta la verdad.
Porque el ego es una mentira.
Es una falsa percepción de lo que somos.
Todos los que sufren sea por enfermedad, sea por carencias materiales, sea por relaciones desdichadas no conocen la verdad.
Entonces cuando hallan la verdad se liberan de sus problemas.
Mucha gente cree en mentiras.
Que hay que beber mucha agua.
Que comer tomates previene el cáncer de próstata.
Que hay que beber leche para fortalecer los huesos.
Que la cocción destruye los alimentos.
Que comer frutas todos los días es muy saludable.
Que el aceite de coco cura la enfermedad de Alzheimer.
Que las embarazadas no deben hacer dieta vegetariana porque perjudica al feto.
Que las personas con divertículos deben evitar los granos y semillas.
Que el colesterol alto no baja por más dieta que se haga.
La lista de mentiras es enorme.
La mayor parte de la gente no es rigurosa.
Es inocente y cree.
Acepta cualquier verdad si es declarada por una autoridad en la materia.
Y cada generación enseña estas mentiras a la siguiente generación.
Cristo dijo la verdad y a muchos no les gustó.
Pero liberó a millones y por eso lo amamos.
El orden del universo es una poderosa verdad.
Pero la ciencia no lo estudia.
Porque es una gran construcción que parte de una base falsa.
Y por eso el mundo médico se cae a pedazos.
-Martín Macedo-
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