Eres rico y no lo sabes.
Eres poderoso y no lo sabes.
Eres inmortal y no lo sabes.
Algunos dicen que hemos venido a este planeta a aprender.
Que este es un planeta "escuela".
Pero otros sabios dicen que no necesitamos aprender nada.
Más bien necesitamos recordar.
Quienes somos.
El poder que tenemos.
Nuestra verdadera edad como seres, como almas humanas.
No se trata de un error.
La inteligencia infinita ha creado un escenario donde por un tiempo lo olvidamos todo.
Y poco a poco comenzamos a recordar.
No se trata de un error o de una broma de mal gusto.
Hemos elegido vivir en la dualidad.
Experimentar la dualidad.
Y sólo podemos recordar cuando hemos olvidado.
Sólo podemos triunfar cuando hemos fracasado.
Sólo podemos crear la fuerza cuando la hemos perdido.
Sólo podemos ser cuando dejamos de ser.
Ese el proceso de la evolución en este mundo de contrastes.
Todos los contrastes son parte de nuestra maduración como almas.
Nadie puede ser feliz si siempre fue feliz.
Quien nace, vive y muere en la felicidad no comprende la felicidad.
Sólo puede saber lo que es la felicidad quien la ha perdido.
Sólo él puede desarrollar su sabiduría y ayudar a otros.
El fuego ha destruido la catedral de Notre Dame.
Ahora viene la construcción de una catedral mucho más hermosa.
Sin adversarios ninguna película tiene valor.
Sin villanos no pueden brillar los héroes.
Nuestra grandeza es olvidada por un tiempo.
Pero en algún momento recuperamos la memoria.
Recuperamos la salud mental.
Y nuestra vida despega hacia la grandeza infinita.
Es emocionante.
Tanto que volveríamos a repetir el proceso miles de veces.
Hasta que finalmente nuestra conciencia se funde en el infinito.
Para comenzar todo nuevamente desde el principio.
Hay una nutrición para olvidar y otra para recordar.
Y yo prefiero la que desarrolla la memoria porque he experimentado la otra y considero que ya fue suficiente.
-Martín Macedo-
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