El cambio real es tan difícil
porque en la Creación, como en cualquier competencia, nos enfrentamos a un
OPONENTE que constantemente tiene la intención de controlar e influir en la
forma en la que nos comportamos.
Los seres humanos heredamos el
mismo ADN de la INTEGRIDAD y
requerimos comprender que el punto está en ganarnos la energía de la dimensión
de la INTEGRIDAD y ser la causa de nuestra propia satisfacción.
Un modo de obtener una
comprensión más profunda de este concepto es considerado el objetivo de una
competencia.
En cualquier competencia
deportiva el objetivo es ganar.
No importa si estamos hablando de
Nacional, Peñarol o Defensor, o de un
equipo de una liga menor de algún pequeño pueblo perdido en el mapa.
Si le preguntas a cualquiera de
ellos qué es lo que quiere conseguir, te dirá que GANAR.
Pero, es éste realmente el
objetivo?
Imagina que ¨alguien¨ invocara
una fórmula mágica que permitiera que tu equipo ganase todos los partidos, de
la forma que fuese.
Siempre ganarías: partido tras
partido, temporada tras temporada, el resultado estaría siempre predeterminado
y la victoria asegurada.
Qué sentirías? Que pronto
descubrirías que la competencia se ha vuelto extremadamente aburrida y
perderías el incentivo.
De modo que, podemos afirmar que
ganar es realmente el objetivo final?
Lo que en realidad queremos es el
riesgo, el reto, e incluso la posibilidad de perder.
Más allá de si ganamos o no, lo
que hace que tenga sentido para nosotros, es poner a prueba nuestras
capacidades.
Qué se interpondrá en el camino
para que seas la causa?
Tu ego
La gratificación para el EGO
siempre
implica caos, nos hace retroceder y ser el Efecto.
Presta atención a tus reacciones
reactivas.
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