Según los kabbalistas, el día en el que una persona deja este mundo, toda la Luz que su alma ha revelado en el mundo físico está disponible para el resto de la humanidad para que ésta se conecte y se nutra de ella. En el aniversario de la muerte de Rajel la Matriarca podemos atraer nutrición espiritual y protección porque su misión era servir como un canal para lo que llamamos en hebreo "deagá", que se traduce como ocuparse y cuidar de alguien. 

El padre de Rajel era Labán, un hombre conocido por ser uno de los principales "brujos" en su época. Practicante de la magia negra, Labán era muy poderoso y era capaz de manipular la energía para su beneficio. Sin embargo, de su semilla vino Rajel, una de las almas más puras que ha existido en la tierra.  

El punto de esta historia es que muchas veces la Luz viene de los lugares menos sospechados o hasta de los oscuros. Sin importar quiénes somos, qué somos, o qué sentimos que tenemos o no en este momento, si somos capaces de esforzarnos por el bienestar de otros, podemos marcar la diferencia.

Muchos de nosotros buscamos soluciones a los altibajos de la vida diaria, sin estar conscientes del mayor secreto kabbalístico: cuando estamos ocupados cuidando de otros, el Creador se ocupa de cuidar de nosotros.  Con una acción podemos inclinar la balanza del mundo hacia el lado de la Luz.

Tomemos un momento para hacer una pausa y conectarnos con la energía de Rajel. Agradecerle por ser un canal de cuidado y protección para toda la humanidad. Imagina un mundo inundado de amor, y luego encuentra una manera de salir de ti mismo para ayudar a otra persona que lo necesite.