En el artículo anterior, Hablemos sobre el ego parte 1, se explico qué es el ego, cuál es su origen y su razón de ser. En lo personal creo que para sacar el máximo provecho al contenido del día de hoy, es importante tener muy clara la información del artículo pasado.
             En todo caso, en resumen, expliqué que por nuestra cabeza pasan aproximadamente 60.000 pensamientos al día, de los cuales el 90% son negativos. Estos son los que provienen de nuestro ego o mente limitante, y el 10% restante, son los que provienen de nuestra consciencia o ser. Nos identificamos con ese 90% de pensamientos y sentimos que somos ellos, cuando la realidad es que no. Dichos pensamientos son automáticos y provienen de las falsas creencias que hemos heredado de nuestros padres, de las que hemos recibido del entorno y de las que hemos ido creando nosotros mismos con el pasar de los años.
      Identificarlo realmente es muy sencillo, ¿recuerdas ese 90% de los 60.000 pensamientos que pasan por nuestra cabeza? Sí sí, esos que mencionamos arriba, esos que dicen cosas como: “No soy capaz”, “No estoy preparado”, “¿qué pasará si fallo?, mejor no hago nada”, “No le gustaré”, “Estoy gordo”…
                 Pues hoy quiero decirte que son pensamientos que van y vienen pero no son tú… sí, leíste bien, NO SON TÚ.
               Al identificarnos con ese torrente incesante de pensamientos y con las creencias limitantes que nos bombardean todo el tiempo, pensamos que somos él, aunque la verdad es que nuestro ego es una creación mental; nuestra propia creación.
Cualquier pensamiento que nos genere sensaciones, sentimientos, emociones, etc. negativas, se ha originado en nuestro ego. Mientras que cualquier pensamiento que nos genere sensaciones, sentimientos, emociones, etc. que nos dejen paz, se ha originado en nuestra mente consciente, o como yo la llamo nuestro Ser.
            Revisemos algunas de las creencias limitantes del artículo anterior.
  • El éxito está relacionado con el dinero, el poder y el reconocimiento.
         Es un límite mental que nos empuja a pensar que si no tenemos esto, somos diferentes y no seremos aceptados socialmente. El que tiene poder se llenará de miedo a perderlo, y el que no lo tiene se llenará de anhelo por conseguirlo. Si observas con detenimiento, teniéndolo o no, habrá miedo y el miedo solo genera emociones y sentimientos negativos.
  • Las personas bellas son aceptadas más fácilmente o son más queridas.
                 Los parámetros de belleza de la actualidad son casi imposibles de alcanzar, hay que ser altos, delgados y tonificados pero con curvas, es bastante contradictorio, ¿no creen? O eres delgado o tienes curvas, porque las curvas vienen de la grasa corporal. Si la sociedad nos exige ser delgados, entonces ¿por qué es la misma sociedad la que nos llena de comida no saludable? Esto es aún más contradictorio.
                 Esta creencia lleva a muchas personas a la bulimia, a la anorexia y a desordenes alimentarios que se transforman en problemas mentales. Lo anterior genera frustración, baja autoestima y falta de amor propio. Por lo tanto nuevamente emociones, sentimientos y sensaciones negativas.
¿Dónde se han originado estas creencias?
Pondré un ejemplo aún más sencillo y cotidiano para comprender mejor:
                  Actualmente las redes sociales ocupan gran parte de nuestro tiempo. Muchas de las personas se desesperan cuando por whatsapp, nuestra nueva forma de comunicarnos, no obtienen una respuesta de su interlocutor. Observemos como reaccionaría la mente inconsciente y como lo haría la mente consciente frente a esta situación.
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               El primer pensamiento desencadena un montón de sensaciones, emociones, suposiciones, etc. negativas y destructivas que se convierten en una bola de nieve que sale de nuestro control.
                   Esta persona está enfocando su valía en la atención que el otro le presta, es decir, da más importancia a lo que piensa alguien de ella, que a lo que en realidad es ella misma.
                 Lo anterior, termina por producir miedo y dudas hasta llevarla a creer que es poca cosa, entonces ahora ya no se enfoca en que no le respondieron; sino que pasa a repetirse en su cabeza que posiblemente es poca cosa. Esta es la manera como nuestro ego logra dirigir nuestras vidas.
            El segundo pensamiento en cambio, no genera nada, simplemente nos ayuda a permanecer en equilibrio y a prestar atención a lo que estamos haciendo en el momento presente.
La consciencia acepta todo tal y como es, fluye a cada instante, no está pre-ocupada en cosas que no están sucediendo en el momento. Comprende que los demás son libres, por lo cual no tiene expectativas ni exigencias para quienes los rodean. Además, sabe que no “morirá” si no es tan importante para el otro, entonces se concentra en lo que hay y comparte con quienes desean estar a su lado.
               Tener pensamientos originados en el ego es normal, lo importante es identificar que se están originando en él, esto lo frenará de inmediato y así evitaremos darle más fuerza a creencias limitantes o a suposiciones erróneas.
El ego se alimenta de sufrimiento, cada vez que sufrimos entrenamos aún más ese músculo.
            Bueno, lo importante sería: si mi ego se ha formado y alimentado a través de creencias falsas y limitantes; si él es una parte de mi mente que me enjaula y me ocasiona dolor ¿Cómo puedo solucionarlo? Eso mis queridos lectores lo veremos en el siguiente post.

Escrito por Catalina Lobo para  VALORARTEblog.com


“Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos” Buda