La abundancia no consiste en recibir grandes cantidades de cosas o recursos.
Cuando pensamos en abundancia pensamos en alguien que gana la lotería y tiene mucho dinero o en alguien que llena su carrito de compras en el supermercado y se lleva de todo para su casa.
Recibir afecto, reconoci-miento, amigos.
Tomar, tomar...esa es la idea que tenemos sobre la abundancia.
La idea de alguien que cosecha.
Pero la ecuación tiene dos aspectos.
Ese es el aspecto más atractivo, el final del proceso.
La abundancia es ante todo dar.
La abundancia es una decisión.
La decisión de dar todo, lo mejor de nosotros, sin importar cuándo será la cosecha.
Dar por el placer de dar.
Y convertirlo en un estilo de vida.
Pero no podemos dar cualquier cosa, cualquier regalo, cualquier palabra.
Debemos practicar como un músico que ensaya antes de dar su primer concierto.
Así dar calidad es el comienzo de la abundancia.
Dar generosamente lo mejor de nuestras habilidades beneficiando a mucha gente.
Dar en abundancia es el comienzo de la abundancia.
Y el recibir se desprenderá solo.
Como la manzana de Newton que cuando está lista cae por su propio peso para que la recojamos, madura, roja y deliciosa.
-Martín Macedo-
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