La fuerza de China.
No está en su numerosa población.
Ni en lo extenso de tu territorio.
Ni en la rica historia de su cultura.
La fuerza de China está en los chinos.
La solidez de un barril de cedro.
Depende de la solidez de cada tabla de madera.
La gran fuerza de los chinos.
Está en la gran fuerza individual de cada habitante de ese país.
Son disciplinados.
Expertos en artes marciales.
Cuidan su salud como un tesoro.
Veneran su cocina tradicional.
Se entrenan cada día con devoción.
Y cultivan el chi mediante la respiración.
Y la meditación.
Tienen objetivos precisos.
Y ponen pasión en cada gesto.
Mil trescientos millones de personas con esa intención enfocada han creado una super potencia.
Un gran cubo de agua.
Se completa con la suma de pequeñas gotas de agua.
La calidad de la salud individual crea la potencia individual.
La suma de millones de potencias individuales crea una super potencia.
Las potencias occidentales han perdido su fuerza.
Porque ha declinado su salud.
Por su afición a la proteína animal y a la gastronomía.
Las potencias occidentales fueron potencias.
Ahora están pasando por constantes crisis.
Por mucho que lo intenten no consiguen ni acercarse un poco a la gran energía de las potencias asiáticas.
Pero esto no será para siempre.
Asia ha cometido un gran error en sus prácticas alimenticias.
Ha incorporado el arroz blanco como base de su dieta desde hace tres siglos.
Si la base está resquebrajada, el futuro de esa nación es la caída.
También esto pasa en India, Japón y el resto de las naciones que se nutren básicamente de arroz refinado.
Occidente se arruinó por hacer del pan blanco y el azúcar su principal fuente de carbohidratos.
Ahora Oriente comete el mismo error.
Pero como han usado el arroz integral durante 5.000 años, han creado un resto de potencia individual que les permitirá dominar durante al menos 50 o 60 años más.
Su fuerza está en su disciplina.
En su entrenamiento y en su cocina tradicional.
Sin embargo una nación minúscula como Jamaica pude derrotar a la gran China en los juegos olímpicos fácilmente.
Porque en Jamaica todos saben que la comida moderna disminuye la fuerza de la gente.
Como es una nación pobre la grandes compañías de comida rápida no desean invertir allí.
Entonces comen todo natural, cultivado por ellos y además una gran parte de la población es vegana por convicción personal.
Aman el atletismo.
Y las medallas olímpicas.
Y esta nación diminuta y pobre se está convirtiendo poco a poco en una potencia deportiva.
Y su fuerza seguirá aumentando mientras mantengan esa fidelidad a la naturaleza.
Al igual que Esparta.
Un puñado de hombres fuertes.
Genera más poder que una multitud sin ideales ni voluntad.
-Martín Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario