Hay estudiantes de gran calidad.
Y malos estudiantes.
Todos somos estudiantes de la vida.
Los que estudian con pasión terminan antes el curso.
Y disfrutan del proceso de aprendizaje.
Los malos estudiantes hacen lo mínimo.
Dan lo mínimo para continuar en carrera.
Pero el proceso educativo se les hace largo y extenuante.
Podemos ser estudiantes brillantes.
O los peores.
La diferencia depende de una simple decisión.
Si elegimos ser excelentes entonces seremos excelentes.
Si elegimos dar lo mínimo nuestra cosecha será magra.
Hay un tiempo para ser los últimos.
Y otro tiempo para ser los primeros.
Llegará un día en que el último sentirá un deseo irresistible de subir a la cima.
Y ese momento no se puede forzar.
Porque se trata de un proceso natural.
Como las fases de la luna.
O el cambio de las mareas.
Porque nadie puede permanecer mucho tiempo en las profundidades.
Ni demasiado tiempo en el techo del mundo.
Todo sube y baja.
Como el agua que se evapora para formar las nubes.
Y luego se precipita como lluvia torrencial sobre la superficie.
Así es la voluntad de los hombres.
Tiene un tiempo para la grandeza.
Y otro tiempo para la pereza.
-Martín Macedo-
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