sábado, 15 de julio de 2017

Cuando el discípulo está preparado aparece el maestro.

En el hueso hay dos tipos de células. Los osteclastos destruyen hueso viejo. Los osteblastos construyen hueso nuevo. Unos destruyen. Otros construyen.

Pasa algo parecido en la industria de los alimentos. Algunos trabajan con toda su habilidad infinita para crear "alimentos" que destruyen la salud y la vida. Otros trabajan con toda su pasión en crear alimentos saludables y poderosos. Unos vinieron a destruir. Otros a construir.

Tanto los destructores como los constructores provienen de la misma fuente. Y la inteligencia infinita los nutre a ambos.

Hay médicos que destruyen la salud en nombre de la ciencia. Otros médicos se consagran a crear salud y conciencia. Ambos son impulsados por la gigantesca voluntad que todo lo penetra.

Una vez alguien me dijo:

"Si la macrobiótica fuera tan buena la enseñarían en la Facultad de Medicina".

Esa persona cree que seguir a la "ciencia" es seguir a las escuelas oficiales. Y ese es su argumento para no seguir con la macrobiótica.

Cada cual tiene sus creencias.
Cada cual vive por sus creencias.
Cada cual muere por sus creencias.

Entonces aprendemos lentamente.
Vida tras vida dónde está la verdad y dónde la mentira.

Y nosotros no debemos interferir en ese lento re aprendizaje.
Solo dar el mejor ejemplo que podamos.
Y los que estén preparados se acercarán espontáneamente.
Porque cuando el discípulo está preparado aparece el maestro.


-Martín Macedo-

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