domingo, 2 de julio de 2017

En el principio las transformaciones es lo más fácil del mundo

El principio de las transformaciones (Yin - Yang) es lo más fácil del mundo.
Tan fácil que hasta un niño de 5 años puede entenderlo.
Pero al mismo tiempo, su profundidad es infinita.
Sólo unos pocos afortunados hemos explorado en sus aguas profundas.
Por ese motivo Ohsawa decía que entender esta ley es lo más fácil de mundo y a la vez lo más difícil del mundo.
Es tan fácil; día - noche; luz - oscuridad; hombre - mujer; salud - enfermedad.
Y es tan difícil que sólo los que hemos pasado por grandes dificultades accedemos a sus misteriosas profundidades.
Como bucear en las grandes fosas marinas, donde el peso del agua es gigantesco.
Sólo quien ha buceado por estas oscuras profundidades puede decir:
"Comprendo el Orden del Universo, el principio de las transformaciones".
Los que se limitan a leer libros y a tomar clases de cocina son como niños tomando clases de natación.
Este privilegio está reservado a un grupo selecto.
A los últimos.
A los que han experimentado la enfermedad, el miedo, la debilidad y la incomprensión más pertinaz.
Su infortunio se convirtió en su fuente de felicidad.
Ya que al llegar al fondo del alma universal, encontramos los secretos reservados para los últimos.
Para que se haga justicia.
A los últimos les toca ahora ser los primeros.
A los primeros les toca ahora bajar y abandonar el trono.
Para comenzar nuevamente.
Una nueva vuelta de la rueda de las transformaciones.
Por eso los primeros no deben sentirse superiores.
Ni los últimos sentirse desmoralizados.
Porque la justicia infinita nos impulsa hacia la gloria y luego nos precipita sin miramientos hacia el abismo.
En un juego eterno, el más emocionante y apasionante de los juegos


-Martín Macedo-

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