“En
una época de engaño universal, decir la verdad constituye un acto
revolucionario.” George Orwell
…hay demasiado ruido alimentado
por los medios de
desinformación masiva, incluso si entras en las redes verás a todo el
mundo opinando, juzgando, compartiendo memes y sumándose a una batería de
planes digitales para “matar el tiempo” (en lugar de aprovecharlo como un
espacio para mirar hacia adentro, como una oportunidad de reflexión y crecimiento).
Escucho a personas decir “echo de menos ser libre”, como
si alguna vez lo hubiéramos sido. Nunca hemos sido libres, vivimos en una falsa
ilusión de libertad pero gracias a todo esto acabaremos agradeciendo la
imposición de un sistema moderno (neofeudal) de esclavitud.
Es como si estuviéramos
esperando a que todo esto pasara… como si fueran unas “vacaciones amargas”, lo
cierto es que ya
nada volverá a ser como antes. Y eso no tiene por qué ser algo
malo, pero depende de nosotros cómo acabe esta historia.
Tal y como dijo Edmund
Burke: “El mal
solo puede prosperar si las personas buenas no hacemos nada.”
Es hora
de despertar. Todo esto es una gran farsa.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO Y PARA QUÉ?
“No
quiero una nación de personas inteligentes, quiero una nación de trabajadores.”
John D. Rockefeller (1903, Director de la Junta General de Educación)
Este mismo señor también nos
dejó otras frases como “El
que trabaja todo el día, no tiene tiempo para ganar dinero.”
No nos educan para ser más
inteligentes, nos
adoctrinan para convertirnos en las piezas que el sistema necesita para
seguir funcionando. Así funciona este sistema corrupto, gracias a nuestra
ignorancia (que ellos mismos generan), gracias a la deuda (que ellos mismos
impulsan), gracias al consumismo (que ellos mismos promueven) y gracias a los
asalariados (que ellos mismos adoctrinan).
…
Hemos sido idiotizados y
domesticados.
Vivimos manipulados y sin capacidad de rebelarnos. Pero todo esto no es nada
nuevo, forma parte de un “plan maestro” que se inició hace varios siglos y que
se agudiza con el inicio de la revolución industrial (siglo XVIII-XIX) cuando
se pasa de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el
comercio a una economía urbana, industrializada y mecanizada.
Esto
supone una transformación social y económica incomparable en la historia de la
humanidad, se empiezan a fabricar empleados en masa sin educación (esclavos del sistema)
en las escuelas, personas desempoderadas y programadas para obedecer órdenes
sin cuestionar.
¿Nunca
te has parado a pensar por qué en el colegio no nos enseñan inteligencia
emocional, educación financiera o desarrollo personal? lejos de estimular
nuestra creatividad para que cada individuo desate su potencial, hemos
sido adoctrinados para
unos fines perversos. De ahí nace el “borreguismo” masivo.
Es por eso que somos tan
ignorantes y estamos tan dormidos, por este mismo motivo llevar a nuestros
hijos al colegio no hace sino alimentar el inconsciente colectivo; pero es que
los colegios ya no son el único problema: nosotros mismos somos los embajadores
perfectos del sistema, ya que nuestros hijos heredan todas esas creencias
limitantes (transgeneracionales): “estudia,
ahorra dinero y encuentra un buen trabajo.” Nos hemos convertido en
un instrumiento de adoctrinamiento
masivo.
“Estamos
produciendo seres humanos enfermos para tener una economía sana.” (Erich Fromm)
Bajo este precepto, poco a poco
se fue constituyendo el mal llamado “estado
del bienestar” que promueve una vida de “necesidades” externas,
siempre hacia afuera, una cultura orientada al tener (consumismo materialista)
con una búsqueda
constante de la felicidad (como meta, lo cual provoca infelicidad
crónica). Esa necesidad siempre volcada en lo de fuera denota una profunda
escasez interna.
Se nos vende una falsa ilusión
de seguridad con esa aparente comodidad para la que hemos sido adoctrinados y
que relacionamos con la libertad, nada más lejos de la realidad. Nos hacen creer que somos
libres por ir a votar, cuando ya mucho antes de cada una de las
elecciones se sabe quién va a ganar… o porque tenemos un sueldo, un dinero que
con suerte te da para llegar a final de mes, motivo por el cual muchas personas
se hipotecan de por vida para tener una casa en propiedad o incluso piden un préstamo
para estudiar o comprar un coche.
Es una auténtica masacre, una violación de
los principios fundamentales de la vida: NO
SOMOS LIBRES.
Por mucho que adornemos la
jaula seguimos siendo esclavos y si no hacemos algo, a partir de ahora lo
seremos todavía más. Algunas consecuencias de la perversión de este sistema
• Vacío existencial: desde la escuela se adoctrina a
cada individuo para llevar una vida vacía, de sometimiento, sin propósito ni
valores, una vida identificada con tu ego, basada en la ignorancia y la
inconsciencia, en el autoengaño, con conflictos internos y crisis existenciales
de todo tipo. Estamos dormidos y profundamente desconectados de nuestra
verdadera esencia, por eso sufrimos tanto, por eso tanta gente se siente
perdida cuando se jubila.
“Eres
esclavo de tu miedo a la libertad.” (Erich
Fromm)
• Victimismo: vivimos con miedo e inseguridad,
totalmente alejados de nuestro ser auténtico, sin saber muchas veces ni qué
hacer con nuestra vida… no hemos cultivado el amor propio, no tenemos autoestima,
de modo que cada vez somos más vulnerables, más fácilmente manipulables, nos
creemos todo lo que vemos, no cuestionamos nada, simplemente nos quejamos. Y
nos evadimos con los espacios de desconexión (televisión, fútbol, discotecas,
etc.) porque vivimos narcotizados.
• Reactividad: no asumimos nuestra
responsabilidad, nos dejamos en manos de papá estado y mamá banca, como si
ellos fueran a solucionar nuestros “problemas”. No creemos en nuestra capacidad
para cambiar (de adentro hacia afuera).
Alberto Apolo
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