“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley”.
El Kybalion.
Este Principio plantea que nada en el Universo ocurre casualmente; todo tiene una razón de ser. El Universo es causal; es el efecto de una causa ulterior: el TODO. El TODO es la causa inicial y el mundo en el que vivimos es un efecto de esa causa.
A través del estudio de los Principios anteriores:
Mentalismo, Correspondencia, Vibración, Polaridad y Ritmo; nos hemos contestado algunas interrogantes respecto a los “cómo” del Universo. Con el estudio del Principio de Causa y Efecto, podríamos comenzar a conocer los “porqué” de las situaciones del día a día.
Detrás de cada suceso, de cada circunstancia, detrás de cada situación, existe una causa o cadena de causas. Se unen ordenadamente cierto número de factores que propician un efecto. Muchas veces no podemos identificar, comprender o percibir las razones de situaciones que experimentamos, pero sabemos que todos los eventos son eslabones en esta gran cadena ordenada e ininterrumpida entre acontecimientos precedentes, consecuentes y subsecuentes. Existe siempre una relación entre lo que pasa y lo que sigue.
Recordando el Principio de Correspondencia, que nos dice que “como arriba, es abajo; como abajo, es arriba”; “como adentro, es afuera; como afuera, es adentro”; podemos darnos cuenta de que el ser humano comienza siendo la causa de sus propias circunstancias.
En todo momento estamos generando causas que eventualmente mostrarán sus efectos. No sólo nuestro actuar tiene sus efectos, sino la falta de acción en ciertas circunstancias, repercuten sobre nuestro entorno.
El Principio de Causa y Efecto se manifiesta en todos los planos. En todas las áreas del ser humano, en todos sus cuerpos: físico, vital, emocional y mental, se ven los efectos.
Somos creadores de nuestras circunstancias; las generamos con nuestros pensamientos.
Cuando el ser humano se da cuenta de que de una u otra forma es el causante de todo cuanto le sucede, da un salto de consciencia, porque deja de considerarse víctima y entiende que lo que le pasa, es su responsabilidad, a causa de las energías que ha puesto en movimiento con su mente.
No hay nada injusto en la energía creadora del TODO.
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