Estamos en el límite de la contracción.
¿Y luego que sigue?
Todos pueden responder; los estudiantes del Orden del Universo saben que cuando la contracción llega al límite, se transforma en expansión.
Nadie puede frenar este proceso porque es el pulso del universo.
Nosotros comenzamos nuestros estudios de macrobiótica con un examen detenido del espiral.
Cuando se llega al centro del espiral (extremo Yang) comienza la expansión hacia afuera del espiral (extremo Yin) para llegar al extremo y volver a comenzar otro pulso.
La conciencia de los seres humanos pasa por procesos espirálicos.
Cuando se llega al límite de la contracción de alguna forma pacífica o violenta debe seguir la expansión.
La conciencia egoica, la ilusión de ser seres separados del resto del Universo que deben luchar para protegerse de los otros egos, es el límite de la contracción, porque la conciencia se estrecha más y más hasta que el individuo se separa del resto y se aferra a esa ilusión y tiene mucho miedo.
Entonces debe sobrevenir la expansión de la conciencia.
Este proceso puede ser suave y gradual o violento y destructivo.
Pero debe ocurrir porque la gran Ley así lo determina.
Las personas que sienten el impulso de volverse vegetarianas o veganas lo hacen intuitivamente para poder expandirse (yin) y volver a conectarse con la fuente infinita que todo lo crea.
Cuando la conciencia se expande y se comprende que nunca estuvimos separados del Infinito se produce un estado conocido como iluminación.
Pero millones personas no consiguen esta expansión debido a su hábito de comer proteínas animales (yang extremo) todos los días y en abundancia.
Se aferran a su ilusión como si fuera algo precioso.
Y ese apego les impide convertirse en dioses.
Entonces a pesar de su negativa se expandirán de todas formas.
Y lo hacen de una forma violenta y destructiva.
Yinnizándose violentamente con drogas o con fármacos o con alimentos de calidad extrema.
En vez de expandir su conciencia, su visión del Universo, expanden violentamente sus cuerpos destruyendo su maravillosa fuerza y habilidades innatas.
La conciencia planetaria debe expandirse, porque hemos llegado al límite de la contracción.
O lo hacemos sabiamente y suavemente o lo tendremos que hacer violentamente y drásticamente.
Nadie puede contener la respiración indefinidamente, sea vegetariano o no.
Todos deberán inhalar profundamente.
Todos deberán iluminarse por un camino o por otro.
Habrá un despertar colectivo y el mundo comenzará a moverse en la dirección opuesta a la que ha seguido en los últimos miles de años.
Al fin comprenderemos que somos un ser único y todos nos cuidaremos como un organismo único que ama a todas sus partes y protege hasta el mínimo trozo de piel.
-Martín Macedo-
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