En el mundo de las células o en el mundo biológico podemos encontrar invariablemente dos grupos.
Un grupo de alta o máxima calidad biológica.
Un grupo de baja o mínima calidad biológica.
El primer grupo está constituido por células fuertes que disponen de la totalidad de los recursos biológicos.
En el segundo grupo la inteligencia no puede expresarse y esas células son presa fácil de los virus.
Los virus son las expresiones biológicas más yang del mundo; son tan chicos que no los puede ver un microscopio óptico corriente.
Los virus son extremadamente yang y por ello se sienten atraídos por el yin extremo.
Ahora los virus dependen de las células para replicarse; no pueden existir a menos que consigan parasitar una célula y obligarla a crear miles de clones del virus.
Sin embargo la vida de los virus no es fácil.
La membrana celular es altamente selectiva y no permite ingresar elementos extraños ni mucho menos a un virus que viene a matarla, a usarla, a abusar de todos sus recursos.
Sólo una célula muy tonta le daría ingreso a un virus y permitiría semejante abuso que acaba con su vida.
Una célula fuerte y saludable no permite este tipo de abuso.
Ahí los virus no tienen posibilidades de sobrevivir; y por eso andan por el mundo buscando células tontas y fáciles de utilizar y burlar.
Son grandes estafadores impulsados por una voluntad infinita porque necesitan estafar para sobrevivir.
La gente que se alimenta sabiamente crea células fuertes y altamente funcionales; estas personas son inmunes a los virus.
Pero muchos toman alimentos sin calidad, simplemente buscan el sabor agradable y se yinnizan, engordan, envejecen, se cansan y crean este tipo de células sin calidad porque eligen alimentos sin calidad.
Entonces los virus se hacen un festín con ellos.
Por esa razón yo opino que las vacunas son inútiles.
Una persona fuerte no necesita protección porque sus células yang no admiten el ingreso de virus yang.
La vacuna sólo meterá basura biológica y químicos tóxicos.
En cuanto a las personas débiles sus células serán tontas y permeables y dejarán colarse a los virus que finalmente las destruirán.
En este tipo de personas las vacunas no podrán cambiar ese estado yin de las células ni frenarán a los virus que desesperadamente buscarán la forma de usar a las células para replicarse ya que su vida depende de ello.
La vacuna es una prepotencia inútil que viola la libertad individual.
La sabiduría infinita tendrá la victoria; los virus burlarán a las células sin calidad y las destruirán con o sin vacunas.
Y dejarán en paz a las células fuertes y poderosas porque la inteligencia infinita no puede vencerse a sí misma.
Y nosotros podemos elegir la calidad de nuestras células más yin o más yang en base a nuestros menús y a nuestra habilidad culinaria.
-Martín Macedo-
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