domingo, 25 de abril de 2021

Nuestro ADN

 A BIBLIOTECA DE 7 MILLONES DE AÑOS.

Los homínidos empezaron a caminar sobre la Tierra hace siete millones de años. Siempre hemos convivido con bacterias, hongos y virus letales. ¿Entonces por qué nuestra especie ha sobrevivido? Porque nuestro ADN –y sistema inmune– se han ido adaptando y perfeccionando naturalmente a lo largo de toda esta increíble cantidad de tiempo. Ante cada amenaza han interactuado con ella y encontrado la forma biológica de protegernos. Nuestro ADN es como una enorme biblioteca que guarda toda la información –y las respuestas– para sobrevivir como individuos y para perpetuar la especie.

Cada vez que hubo un desastre fue porque nos alejamos de la naturaleza y/o desconocimos a nuestra propia naturaleza: la peste negra devastó la Europa del siglo XII debido a que sus ciudades estaban atestadas de gente, de basura y de ratas. Desde tiempos inmemoriales la naturaleza también nos ha brindado medios para protegernos, para recomponer nuestra salud cuando la hemos descuidado y para darnos una longevidad saludable. El escudo natural, genético, que tenemos es la mejor herramienta, hay que ocuparse de mantenerlo fuerte y equilibrado, a través de una rutina y una ingesta saludables.

Ahora, entre los peores errores que estamos cometiendo es tratar de solucionar todo con sustancias de la industria química. Nuestro ADN y sistema inmune de siete millones de años no sabe cómo reaccionar frente a ellas: sean agroquímicos, fármacos (mal usados o no probados), o aditivos sintéticos agregados a los alimentos envasados. Nuestro sistema defensivo no los reconoce, entra en caos, dejándonos desarmados. ¿Resultado? P.ej el aumento del cáncer, las malformaciones congénitas, las disrupciones hormonales, la auto-agresión inmune.
Entretanto, las bacterias, hongos y virus letales, con ciclos vitales muchísimo más cortos, rápidamente adaptan su genética a los productos químicos con los que inútilmente tratamos de exterminarlos. ¿Cómo? De una población sometida a un químico (p.ej un antibiótico o un antiviral) muchos al principio mueren; los sobrevivientes dan lugar a una nueva población –genéticamente diferente; y así, y así. De este modo se vuelven resistentes a toda nueva sustancia química a la que llamamos “remedio”, y a los nuevos fármacos que entonces se inventan como reemplazo. Pero esto se repite, en un ciclo sin fin, y empeorando. Especialistas de la OMS han advertido hace tiempo que las “super-bacterias”, resistentes a todo tipo de fármacos, constituyen una de las mayores amenazas para la salud y la vida en el siglo XXI. Lo pueden googlear.

Finalmente –en este preciso momento–, estamos yendo más allá en nuestro error. Intentamos saber más que nuestro propio ADN de 7 millones de años: "enseñándole" cómo debe actuar frente a tal o cual organismo exterior. Estamos entrando en la maravillosa biblioteca genética como un elefante ciego en un bazar. Así estaremos cavando nuestra propia fosa. No ya como individuos sino como la especie toda.

Jorge Cappato

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